miércoles, 13 de agosto de 2008

Hablando de tangos

A Jesús Lens Espinosa de los Monteros

El alma patea callada
una calle en Buenos Aires
al abrigo del calor austral
y un bandoneón travieso.

En mi mano tu mano descansa
y en mi boca el beso con sabor a tango
y tabaco y pecado, goza
en un arrabal de silencios porteños,
acentos en plata, palabras ajenas
simples, llanas como una hoja.

El tacón de tu zapato
excavó un hueco profundo
en el suelo de mi mirada,
tanto que se oía la música extraviada
que grabamos a fuerza de sonoros roces
en aquel portal oscuro donde un día bailamos.

5 comentarios:

  1. Y tus pasos certeros de letras
    taconean en nuestro tabló
    ansioso por sentir estos poemas.

    Enhorabuena, poeta. Genial.

    Te sienta fenomenal ser osado.

    Claro

    ResponderEliminar
  2. Quería decir... "taconean en nuestro tablao" :-).

    Claro

    ResponderEliminar
  3. ¡¡¡¡ Mil gracias!!!! Pedazo de maravillosa colección de palabras, Hermano.

    ResponderEliminar
  4. Capitán... de buena gente te rodeas...
    Bomarzo... como ya te dije... haces suspirar...

    Besos...
    Siempre vuestra... Lía.

    ResponderEliminar
  5. Qué gozada cuando osas escribir estas maravillas Bomarzo.
    Saludos.

    ResponderEliminar

Pon tu semilla