Contextualización:
22 horas. Una pequeña de tres años intenta dormirse en la soledad del dormitorio de su padre que, para más señas, está solo en casa. Vanmos, de Rodríguez. El citado padre se encuentra en el salón, viendo la tele, rezando para que la criatura se duerma pronto.
De repente, del fondo del pasillo se eleva una voz de algo más de un metro que llama la atención paterna:
- Papaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.
- Queeeeeeeeeeeeeeeeeee.
- El bebé está llorando.
(Aclaración. El bebé es un muñeco de unos 30 centímetros de alto que sufre a la pequeña los instantes previos al sueño).
- Pues cálmalo. Dile que se calle.
Se hace el silencio durante unos instantes. De repente:
- ¡¡¡¡ Bebé. Te quieres callar!!!!
El incauto padre da un respingo ante tamaña voz y pregunta:
-¿Todo bien?
- Sí, papá. Ya se ha callado.
Sigo viendo la tele... La pequeña canta villancicos.
Un saludo desde mi jardín.
Bomarzo lo flipa con Miriam.
Jajajaja! Bo... y más que te queda por flipar... (a mi hija le ha dado por decir palabrotas...)
ResponderEliminarBesos Nazaríes.
EEmm.. hay una errata... el titulo dice niña de tres años y en la contextualizacion la niña ya tiene 5... si que crecen rápido estos niños de hoy día jejej.
ResponderEliminarLos niños es que son... ^_^
Besillos
Jajaja, es que sonnn!
ResponderEliminarMe imagino tu cara en ese instante en que mandó callar a su bebé...bufff
Y ese suspiro que lanzarías cuando al rato se durmió.
Estás hecho todo un padrazo
Besos, al Sur
Hay kleenex para las babas, ¿sabes?
ResponderEliminarRigoletto
El padre lo tenía todo amañado. Le echó la responsabilidad a la hija de que cuidase el bebé para que fuera consciente de lo latazos que son cuando lloran por llorar.
ResponderEliminarTu hija tiene que ser una monería.
ResponderEliminarClaro
Qué tierno todo!! :))
ResponderEliminar