miércoles, 11 de marzo de 2009

Cuaversos de Bitácora (XIX). Posesión.

Llegamos a la décimo novena edición de los cuaversos. La inspiración, puñetera ella, ha querido sacar un pequeño diablo que vive en mí -quiero creer que lo hace en todos-y que sueña con hacer locuras como ésta.

Algún día
El diablo que me habita
Huirá
Y subirá a la cima de tu lengua
Para blasfemar tu nombre
En idiomas ya muertos.
Ni dioses ni vientos
Frenarán la fuerza de una boca
Rebosante
De besos almacenados
Sin derechos a devolución.

Un saludo desde mi jardín.
Bomarzo poseído.

17 comentarios:

  1. Muy sugestivo y sugerente el poema, y malo malo el diablillo.

    Besillos.

    ResponderEliminar
  2. Los besos sin garantía de devolución son los mejores.
    Ufff se nota algo revuelta la blogosfera cuaversera...¿será que la primavera llama a la puerta??

    Saludos y besos, siempre al Sur.

    ResponderEliminar
  3. Los diablos más atractivos son los que se muestran con claridad, los que no quieren esconderse...a esos todo el mundo les quiere besar.

    Vélez.

    ResponderEliminar
  4. Los diablos más atractivos son los que se muestran con claridad, los que no quieren esconderse...a esos todo el mundo les quiere besar.

    Vélez.

    ResponderEliminar
  5. Nefer, traviesete. Gracias.
    MJ, No soy partidario de descambiar nada.
    Vélez, eso está bien, Jejeje

    ResponderEliminar
  6. En el trastero
    en el que escondes tus huesos
    está el almacén de besos.

    ResponderEliminar
  7. Pues está mu bien, de verdad. Vas depurando técnicas.
    Abrazos,
    Rigoletto

    ResponderEliminar
  8. «Hubo un tiempo en que yo construía
    en el aire un soberbio castillo,
    y elevarse después lo veía
    sobre nube de mágico brillo.
    Admirando tan raro portento,
    vi sus flechas al cielo escalar,
    sin pensar que a un capricho del viento
    mi castillo pudiera rodar.
    En el plazo fugaz de una hora,
    cuando tantas grandezas forjé,
    vino el viento con mano traidora,
    y rodar mi castillo miré.
    Desde entonces, haciendo la guerra
    a mi loco y perpetuo soñar,
    he jurado no alzar en la tierra
    un castillo que pueda rodar».

    ResponderEliminar
  9. Ese diablillo parece demasiado travieso. Déjalo escapar...

    ResponderEliminar
  10. Alvar, ya veo que usted cuaversea también.
    Gracias Rigo.
    Anónimo, tiene toques de romance su texto.
    Gregorio, es pura fantasía.

    ResponderEliminar
  11. Ese es un verdadero ángel

    ResponderEliminar
  12. Llevo casi todo el día fuera y no he podido pasarme hasta ahora por los cuaversos. Qué estrés de vida.

    Como dice Rigo, depuras cada vez más tu técnica. Es muy bueno.

    Claro

    ResponderEliminar
  13. Tercero, maravillosa dualidad.
    No entiendo de técnicas... Pero gracias, Claro.

    ResponderEliminar
  14. ¡¡¡Bien por ese íncubo!!! ¿O es un súcubo?

    ResponderEliminar
  15. amigo, que decirte que no te hayan dicho ya, se acaban las palabras para alabar tus versos. he llegado tarde pero estoy aqui. un abrazo

    ResponderEliminar
  16. Jesús, seguro que no era un cubo.

    ResponderEliminar

Pon tu semilla