jueves, 15 de enero de 2009

Mil


Mil personas. Hay pueblos que soñarían con tener esa población. Quizás, mil no sea una gran cantidad para muchos. Sin embargo, mil personas pueden hacer mucho ruido. Como diría mi amigo y compañero Pedro Pablo, mil personas llenan dos salas de cine,por ejemplo. Mil personas pueden llenar una calle y colapsarla.

Mil personas revientan una sala de conciertos, mil personas es una cantidad excelente para un modesto concierto al aire libre. Imaginaos de de esas mil personas quinientos fuesen niños. Madre mía, seguro que decís. Porque si mil personas no parecen muchas, quinientos niños son un colegio entero, verdad Rigo?. Quinentos son doscientos espartanos más defendiendo las Termópilas, os imagináis lo que hubieran hecho 500 griegos cabreados contra los persas? Quinientos niños... Cuánto ruido hacen quinientos niños.




Todo es tan relativo que cuando vemos que esas mil personas son las que han muerto por ahora en Gaza tras los ataques de Israel y que de ellas, quinientas son mujeres y niños, las cifras cobran una magnitud enorme y se nos presentan como montañas insalvables.

Nada de lo que está pasando en Gaza es casualidad. No han muerto tantas mujeres y niños por "simple colateralidad". Israel pretende dejar a Palestina sin esperanza, sin futuro. Por eso los niños y las mujeres deben perecer. Sin niños, sin mujeres, Palestina pronto morirá. Todo responde a una estrategia fríamente calculada para enmascarar un genocidio y disfrazarlo de guerra de defensa propia.




Mil muertos. De ellos quinientas mujeres y niños. Hamas quiere una tregua. Y el Primer Ministro israelí aún piensa que la operación no ha terminado.


Un saludo desde mi jardin.


Bomarzo pide el alto el fuego.

5 comentarios:

Nefer dijo...

Demsiadas muertes, demasiados inocentes...

Bomarzo dijo...

uma y sigue

Anónimo dijo...

Así es. Tú has dado en la clave... Sin niños y sin mujeres...

Me temo que no sólo suma y sigue, sino que se multiplica, aunque en este caso no como los panes y los peces.

Claro

Gregorio Toribio Álvarez dijo...

La pena es que para los gobiernos son sólo números

Anónimo dijo...

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