miércoles, 4 de marzo de 2009

Cuaversos de Bitácora (XVIII). Gotas de rocío

Llego tarde. Trabajo atrasado, golpes de tos y estómago atravesado por puñales. Os dejo con unas gotas de rocío en esta XVIII edición de los Cuaversos.

Tomo todas y cada una de las letras
de tu nombre.
En la palma de mi mano parecen lágrimas,
restos de plumas mojadas,
sonidos estridentes de una risa escondida.

Las dejo junto a mi almohada
para que me canten nanas de idiomas ajenos.
Sobre la quietud de mis sábanas
son gotas de rocío que dibujan
el océano verde de tu mirada.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

sencillo y magnífico poema, amigo. a reponerse que la vida es joven y hay que disfrutarla.

Nefer dijo...

Pues voy a ser poco original en mi comentario y voy a repetir lo mismo que ha dicho Arodriguez... sencillo y magnífico poema... de lo último que has escrito que más me ha gustado.

Besillos y a cuidarse.

Bomarzo dijo...

En ello estoy, Antonio.
Néfer, muchas, muchas, muchas gracias.

Gregorio Toribio Álvarez dijo...

¿El poema lo has creado hoy? Es que se palpan algunas notas inconscientes (o no) sobre esas toses y enfermedades. Cuídate, que queremos seguir leyendo esa frescura que trnasmites.

Salud.

Anónimo dijo...

Yo sí que llego tarde. O temprano, según se mire. Lo leí esta mañana pero justo cuando te iba a comentar, pero me llamaron por teléfono.

Un poema lleno de imágenes preciosas.

Claro

Anónimo dijo...

Nunca podrás, dolor, acorralarme.
Podrás alzar mis ojos hacia el llanto,
secar mi lengua, amordazar mi canto,
sajar mi corazón y desguazarme.

Podrás entre tus rejas encerrarme,
destruir los castillos que levanto,
ungir todas mis horas con tu espanto.
Pero nunca podrás acobardarme.

Puedo amar en el potro de tortura.
Puedo reír cosido por tus lanzas.
Puedo ver en la oscura noche oscura.

Llego, dolor, a donde tú no alcanzas.
Yo decido mi sangre y su espesura.
Yo soy el dueño de mis esperanzas.

Bomarzo dijo...

Gregorio, mi tos está conmigo. No descarto su influencia.
Claro, nunca llegas tarde.
Anónimo, bello soneto de Martín Descalzo...

María Martín Calvo dijo...

Nostálgico, Bo... Precioso.