"Están muertos. Quizá no lo sepan. Pero nosotros sí. Lo sabemos desde hace mucho tiempo. Lo sabemos cada vez que salímos a la calle y cada vez que nos levantamos aunque nos duela el alma. Están muertos. Y solos. Es una guerra (sí, guerra) sin sentido. Una guerra donde unos ponen bombas y otros flores. No tienen sentimientos aquellos que luchan por la libertad, en su santo nombre, bajo capuchas y armados hasta los dientes. Es una guerra donde sólo hay perdedores. Porque ellos ya han perdido todas las batallas pero el precio lo estamos pagando nosotros.
Están muertos. Y quizá lo saben. Por eso actúan así. Porque sus manos ya están manchadas de sangre. Y la diferencia solo radica en ser enterrado con sangre fesca o reseca en ellas. Pero sangre habrá. Y entierro. Porque están muertos.
Están muertos. Seguro que lo saben. Solo quien se sabe muerto puede ser tan indiferente a sus vecinos. Actuan como zombies, aterrando, creyéndose protagonistas de una película que dejó de tener director hace tiempo. Y las salas de cine, ya sabemos, cada día están más vacías. Ya nadie les ve. Solo es un título en cartelera.
Están muertos cuando destruyen una calle para construir una frontera.
Están muertos. Y cada vez son menos. Sus minorías son más minorías y la libertad es mayor. Aquí, en el lado de ese enemigo que imaginan. Y allí, en el lado de esa hermosa tierra que quieren para ellos solos. Para ellos, en nombre de tantos supuestos, de tantas supuestas luchas, de tantos supuestos ataques, de tantas supuestas mierdas… que al final, los únicos nombres que quedarán en la historia son los de las vidas que ellos han quitado. Se debe de sentir uno poderoso quitando una vida. Sólo así se explica que las razones políticas vayan escritas bajo un coche y no en libros. Solo un muerto sería capaz de agacharse tanto, hasta humillar su condición humana.
Ellos ya están muertos. Que no se nos olvide nunca a los vivos."
1 comentario:
Un placer compartir jardín contigo.
Una lástima que sea por esto.
Publicar un comentario