Cuaversos de Bitácora (XXXVI). Buen despertar.

Creo que son 36 las semanas que llevamos con los Cuaversos de Bitácora, esa inicitiva que nació al abrigo de un poemario de Ángel González y ganas de compartir experiencias en Red. Al igual que los "Liblogs", estos Cuaversos han sido ideas muy válidas que han permitido el trabajo en comunidad y estrechar lazos más allá de lo virtual.
Esta semana doy por finalizada la temporada de Cuaversos. Volverán, como es lógico en septiembre, el mes en el que todo arranca, el verdadero comiezo de año.
Para finalizar esta sesión quiero hacer una especial mención a aquéllos bloguers que han mantenido encendida la antorcha de la poesía tanto tiempo: Patón, Rigoletto, Nefer, Gregorio, MJ, J. eMe, y muchos otros que, quizás de forma más esporádica también quisieron sumarse a esta idea. A todos GRACIAS.

Sentados a horcajadas
sobre una ciudad que despierta,
sobre tu resaca y nuestras ganas de dormir,
sólo supimos amarnos
y parar los relojes de nuestra vida
a los que dejamos sobre la mesita
cubiertos de polvo, haciéndose viejos.
La horizontalidad de los besos
fue reclamo para que unas caderas
si prisa y nerviosas
bailaran al compas del ritmo impuesto
por nuestros ojos.
El tiempo
-no recuerdo haberle invitado-
separó un abrazo de cemento
y tu voz, tumbada,
nunca despierta del todo,
soñó
un te quiero tan pequeño
que removió las copas de los árboles.