lunes, 10 de noviembre de 2008

Comienzo a publicar mi relato: Muerte de un poeta. Por su longitud, irá apareciendo todos los días, hasta el viernes, a las 16 horas. Espero que sea de vuestro interés.
MUERTE DE UN POETA (I)

Se cerraron las puertas del camión y fue como si una plancha de metal le cortara la cabeza. Apenas podía mirar al frente. Sus ojos dibujaban garabatos en el suelo. Tropezó con el escalón que daba acceso a la estancia, tan oscura como aquellas en las que había estado desde hacía dos días. Todo era oscuridad. El calabozo del gobierno civil, la parte de atrás de aquella camioneta, los ojos del cojo que se sentó a su lado… La costumbre hizo que no tardara en hacerse con las dimensiones de aquel nuevo lugar.

No sabía dónde estaba exactamente. Hacía fresco a pesar de ser agosto. Estaba en alguna sierra de las muchas que tenía la provincia, pero no le sonaba en exceso. Apenas habló con la lúgubre compañía que el destino y los hombres de azul le habían buscado para la ocasión. El cojo le miró como si le reconociera, pero su planta, su facha, su barba descuidada… Su imagen no era la acostumbrada de periódicos y entrevistas. Aún así, aquel hombre le miró, le miró como si le reconociera.

Separaron a los dos reos. Cada uno fue a una celda distinta, tan sucia como la del gobierno civil, como debían serlo todas las celdas del mundo. Apenas había comido en dos días. Algo de lo que le llevó la que fue su niñera y a la que el tiempo robó belleza a cambio de arrugas, pero que seguía oliendo igual que cuando le cogía en brazos y le regañaba por ensuciarse la ropa. Se mira de arriba abajo y se ve tan sucio que sabe que de volver a verla, su niñera se pondría muy seria con él.

Tiene ganas de orinar. Ha comprendido en dos días que pedir ir al baño sólo sirve de mofa y una excusa extraordinaria para ser objeto de insultos y vejaciones muy duras de soportar. Lo hace contra una de las paredes. La noche es muy oscura, pero no debe quedar mucho para que amanezca. Hace frío. Los pájaros se intuyen.
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4 comentarios:

Anónimo dijo...

Bo, dirás que estoy mu perdido. Lom has oído mal: estoy muy jodido de tiempo. Veo que has iniciado la muerte del poeta. No te la comentaré hasta el final.
Abrazos,
Rigoletto

PD ¿Has hecho algo de la gestión que te encargué? ¿Has conseguido algo? ¿Cómo llevas lo mío? Jua, jua, jua.

Jesús Lens dijo...

Buen, muy buen arranque. Y seguirá mejor.

Sonita dijo...

mmm.. suena intersante... a ver que sale de ahi!
un dulce slaudo.

Anónimo dijo...

Extraordinario y, como dice Jesús, lo mejor está por llegar.


Claro