sábado, 31 de octubre de 2009

Halloween y los cementerios

Personalmente soy de los que piensa que esto de halloween es una soplapollez de un tamaño superlativo. Sin embargo es muy fácil de comprender que haya calado tanto entre los niños y jóvenes. Se asocia a la diversión y permite que el personal se pueda travestir con un punto gore... Y no neguemos la evidencia: Todos llevamos un travesti dentro.
Pero aún es más comprensible tamaño éxito si observamos de donde venimos, una tradición, la del Día de difuntos, que nos recuerda que un día moriremos, que la vida es efímera, que esto es un valle de lágrimas. Menos mal que el obispo de Sigüenza ya nos recuerda, merced a su preocupación, que la Iglesia no sólo piensa en el aborto, sino en lo que la calabaza, símbolo de halloween, les molesta pues nos quita tiempo para pensar en la muerte.
Para que no se me enoje el Páter le quiero dejar aquí un regalo. Espero que me perdone el puntito festivo que tiene, en una fecha tan sumamente triste, pero es que no me importaría que el Camposanto tuviera ese ambiente.

2 comentarios:

Gregorio Toribio Álvarez dijo...

Yo tampoco soy de Halloween. Pero hoy me han enganchao.... ¡Mañana post! Verás, verás.

Anónimo dijo...

Bo, no sabía que levaras dentro una Carmen de Mairena. :-)
Me visto y salgo para la Alpara.
Rigoletto