martes, 2 de septiembre de 2008

Políticos tan lejos de la política

Imposible dudar de la medianía que atesoran, en general, aquellos que nos gobiernan. Nunca una etapa ha sido más propicia para lamentar en las manos en las que estamos. El noble oficio de la política queda desvirtuado por su mal uso cuando cualquier resquicio es aprovechado por el rival para destrozar al oponente sin el más mínimo valor dialéctico. La pasada legislatura y el tema del terrorismo fue el ejemplo más palmario al respecto. Pero nuestros políticos nos siguen demostrando que la tuerca nunca deja de girar, aun a riesgo de pasar su rosca.
Recientemente tenemos dos ejemplos. Uno de ellos es el desastre de Barajas en el que la distancia del suceso es directamente proporcional a la escalada de declaraciones, digamos fuera de tono, que empiezan a hacer unos y otros con la única intención de sacar tajada política. Que a Magadalena Álvarez le viene grande cualquier crisis es algo de lo que ha dado sobradas muestras, pero hay ciertas cosas que deben permanecer ajenas al debate, mucho más cuando la política tiene poco que ver en una tragedia así.

El otro ejemplo viene de la mano de Pepiño Blanco quien, con el coma del profesor Neira, hace estilete para cargar contra la política sanitaria de doña Esperanza, más divina que la Cibeles. Al gallego ilustre le podríamos hablar de cosas que pasan a diario en el Servicio Andaluz de Salud y que, como mínimo, a pesar de los avances andaluces, empatarían con lo que puede acontecer en la Comunidad de Madrid.

Estoy convencido de que con una clase política responsable, que hiciera uso de unas herramientas dialécticas y retóricas cavales, no sería necesario caer tan bajo para hacerse oír.
Un saludo desde mi jardín.
Bomarzo crítico.

11 comentarios:

Jesús Lens dijo...

Es lo malo de hacer un arma arrojadiza de todo lo que pasa. Si los ciudadanos nos opusiéramos a ello, mejor nos iría. Pero luego replicamos los mismos debates, me temo, dando alas a esos mediocres...

Anónimo dijo...

Lleváis razón, mucha razón. Sólo un matiz que ya he dicho muchas veces.
Hubo una época en que la discrepancia política, aun siendo enérgica, no generaba crispación. Después llegó "alguien" que, a los tres meses de ganar Felipe González sus últimas elecciones generales, empezó con lo del "Váyase, Sr. González". Eso se llama iniciar la crispación. Y no olvidemos los cuatro años de la primera legislatura de Zapatero.
No está bien usar la política como arma arrojadiza, pero si un bando se engolfa en esa dinámica, el bando opuesto tiene que atacar, como sea.
Rigoletto

María Martín Calvo dijo...

La política teórica si es política. La práctica... no existe.

Anónimo dijo...

Paso de política y de políticos...

Bomarzo dijo...

Bueno, Rigo, no te puedes comparar a lo que se critica. Mala cosa. Al final se consigue la actitud de Nefer, y eso no es bueno.

Anónimo dijo...

La acepción número 10 de la RAE define política como: "Cortesía y buen modo de comportarse".

Creo que a muchos de nuestros políticos no les vendría mal echarle un vistazo al diccionario.

Simplemente no puedo tomar como modelo a aquellos que presentan la mejora de la educación mientras se basan en insultos e improperios.

Buen martes,

Claro

Unknown dijo...

La foto del perfil es total...

Bomarzo dijo...

Claro, si se leyera más el diccionario...
Lía, creo que la práctica y la teórica deben ser las mismas no?

María Martín Calvo dijo...

Tu lo has dicho, "debería"...

Anónimo dijo...

Realmente, coincidiendo contigo, los políticos en cuyas manos estamos son realmente lamentables. Y allá por dónde mires, encuentras un caso peor que el anterior. No obstante, y nunca se me olvida decirlo, hay ciertas y honrosas excepciones. Lo que ocurre, como en todo, que lo malo siempre resalta más: da más morbo, es más fácil hacer escarnio público.

Otro ejemplo más (en el Congreso y a tenor del accidente de Spanair): todos los grupos parlamentarios se comportaron estupendamente con el grupo Socialista, incluído el PP. Ningún partido fue a hacer leña ni mucho menos, sino más bien todo lo contrario. Si acaso el más duro fue Llamazares y ni con esas. El portavoz del PSOE, con su discurso ya prepara y creyendo él que se le iban a tirar como perros enrabietados, no tuvo la inteligencia ni la preparación para cambiar el discurso y hacerlo en un tono totalmente dirente al que lo hizo. Bochornoso (los políticos estupefactos ante aquella salida de tono).

En fin...

Anónimo dijo...

¿Qué tal te vas haciendo a los "madriles"? espero que también evoluciones...a mí ya no me duele la cabeza, aunque sí he tenido amagos...BSS.