Gran Hermano

El gobierno de su graciosa majestad, la Reina Isabel II, espió a los Beatles. Con esa noticia me he topado esta mañana mientras venía al curro. Tras el reportaje, los contertulios de Francino se han puesto a divagar sobre el asunto y me han llevado a unirme a esas divagaciones que me colocan en una película de ciencia ficción en la que un Gran Hermano lo observa todo.

Hoy, de ficción no tiene nada. Ayer leí en El País que las cámaras de vigilancia, todas las que existen en cada ciudad, que son miles, son pirateadas y nuestra vida, no sólo es observada por el funcionario encargado de ello, sino por miles de ojos indiscretos que se asoman a la red de redes.

Nos ven cuando entramos en un banco, nos observan al caminar por una calle, al entrar a comprar en un comercio, nos vigilan al circular, están atentos por si cometemos alguna infracción de tráfico, nos escrutan al entrar en una urbanización privada. Nuestra vida pasa por delante de miles de cámaras de televisión, circuitos cerrados en círculos inmensos de información continua que nos convierten en un Truman universal, protagonistas de una película a la que ni se han molestado en invitarnos. Nuestra vida privada es una pura quimera.

Vivimos en la época de ausencia de privacidad. Mucho cuidado con lo que haces. Una cámara te observa. Seguro.

Un saludo desde mi jardín.

Bomarzo observado y observante