miércoles, 13 de agosto de 2008

Aromas a despedida

Me asomo de puntillas a esa Granada abierta que comienza a despedirse de mí. Hay cierta nostalgia. Tengo la sensación de que los sitios que miro los veo por última vez. Pienso que la próxima vez que esté por aquí lo haré como un turista, como alguien que venga de visita a una tierra que siempre ha sido suya.
Es curioso. Nunca he sentido afectos patrióticos. Conceptos como patria o país nunca me han excitado demasiado. La patria de uno está donde esté su trabajo o su familia. Pero no puedo evitar mirar a esta Granada que tanto tiene y que tan poco aprovecha con las pupilas algo humedecidas. Consciente de que nunca cambiará, de que con ella viajarán sus medianías y potencias, sus miserias y sus glorias, su eterna y paulatina decadencia, su ensimismamiento constante, su conservadurismo recalcitrante, pongo punto y aparte a mi relación con ella. Desde el próximo día 1 mantendremos un contacto a distancia. Ya sabemos que esas relaciones no suelen funcionar, pero mantienen una visión idealizada que, quizás es lo que me falte de mi ciudad. Conocerla tanto me ha hecho verla tal y como es, tal vez con excesiva crudeza, la misma que otorga el desapego de lo cotidiano.

Le escribiré de vez en cuando. Me alegraré de sus éxitos, siempre rogados. Lloraré con sus fracasos. Vendré a verla algunos fines de semana para hacer el amor con ella y marcharme de nuevo con pocas despedidas y menos reproches para vivir mi vida en otra tierra de la que espero tanto y a la que siempre mediré con la regla que me enseñó esta tierra tan castellana incrustada en pleno sur.

Un saludo desde mi jardín.

Bomarzo de Granada

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Granada es así, la amas y la odias al mismo tiempo, pero nunca puedes escaparte de ella.
Espero que siempre vuelvas a esta Granada nuestra a hacer el amor con ella ...(ich, es que me ha encantado eso)
Saludos.

Bomarzo dijo...

Es una ciudad demasiado compleja, incluso cuando estás deseando dejarla te sientes atado a ella.
Gracias Nefer

María Martín Calvo dijo...

Quizá exigimos demasiado o quizá nos exigen demasiado... o simplemente... nos dejamos exigir...

Jardinero... no se qué decirte, me emocionas... odio esta puñetera despedida agónica...
aysss.....

Vida, vívela...

Anónimo dijo...

A dónde vas, Bomarzo? Que tengas suerte

Anónimo dijo...

¡Ni aunque lo intentaras, podrías ser forastero en esta tierra! Porque aquí no dejas sólo paisajes y momentos, sino amigos que te mantendran estrechamente vinculado a esa tierra soñada que, a veces, se torna en pesadilla.

Bomarzo dijo...

Jesús, gracias, amigo.
e, a Madrid.
Lía, tampoco hay que pasarse.

Anónimo dijo...

Jardinero, ¿Qué harás ahora con tus plantas?. Como te dije, espero que allí sepan acoger a un buen jardinero, pues los jardines sin ellos no son nada.
Gracias amigo.

Anónimo dijo...

La e es la primera letra de eltercero. Las letras se escapan a veces. Que te vaya muy bien. Me sigue gustando tu jardín y también me gusta su reflejo.

Bomarzo dijo...

Tercero, un placer verte por aquí.