La osadía de hoy os dejará con sal en la boca y yodo en la piel.
Encierras todo tu azul cielo, mar,
en el círculo cerrado de un cristalino
ocular.
Mientras, en la cercanía oscura de tu pupila, mar,
se halla el rompeolas de barro y queja
lunar.
Y cuando llega la noche a tu orilla, mar,
es como si el cielo parpadease.
Cerrar.
A veces parece que llorarses, mar,
y el agua salpica en tu iris marino.
Tropezar.
Sólo si se encuetra con algún alga de pestaña,
desubicada, ajena, perdida.
Llorar.
Hoy veo que encierras un azul cristalino
en el universo salado de una mirada cercana.
Mar.
Un saludo desde mi jardín.
Bomarzo marinero.
May R. Ayamonte remata su trilogía de Jimena Cruz
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El mismo día y a la misma hora. El primer sábado de la Feria del Libro en
horario de tarde-noche, en la carpa central que felizmente patrocina Caja
Rural...
Hace 11 horas
9 comentarios:
Esto no estaba aquí antes, no?
No. NO estaba.
Me gusta.
Por qué sale abajo si es nuevo? Pasa desapercibida y no debería, es bonito el poema.
La tenía guardada y al publicarla ha salido en el día que la escribí. Mejor que pase desapercibida. Quién eres?
Uy, este "mar" estaba escondido... quisiera bañarme en él... qué bonito Bomarzo.
Saludos.
Si publicas es para que te lean. Además un poema así no es para esconderlo.
Nefer, eso es bonito.
Anónimo, los poemas que escribo me ruborizan, por eso prefiero que pasen desapercibidos, pero, claro, quiero que se lean.
De todas formas, gracias.
Si se escribe es porque se siente. Entonces, ¿por qué ruborizarse?
Porque la poesía me desnuda.
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