lunes, 20 de octubre de 2008

Nacido para salvar


He leído durante este fin de semana muchas cosas sobre el niño seleccionado genéticamente para salvar a su hermano y que ha puesto a la sanidad andaluza -paradójicamente pensarán algunos- en vanguardia nacional en el tema de las células madre. Es una noticia compleja, con muchas aristas. Foces me puso en la pista. Entiendo que la simplificación entre el blanco y el negro implica no aceptar todos los matices que un avance científico de estas características encierra.

Sin embargo una cosa está clara. Bueno, dos. La primera de ellas es que, tal y como dice el equipo médico del hospital sevillano encargado de llevar a cabo todo el proceso, existe una ley que, desde hace dos años ampara y protege la realización de estas prácticas, ajustando las fronteras en las que el trabajo científico debe desarrollarse y sin que permita, al menos a simple vista, rendija alguna por la que se pueda colar alguna teoría eugenésica o selectiva que permita eso que denominan de "embarazos a la carta".

La segunda viene de la mano de la Santa Madre Iglesia, quien a pesar de ese nombre dado por la Historia -el de madre- tiene tan poco de ella. Quizás se acerca más a una madrastra de cuento, de esas que dan manzanas envenenadas o maltratan la hijastras pobres en beneficio de las naturales y ricas. Para el señor Rouco, siniestro personaje tan dado a extremismos variados, la vida de un embrión, es decir la de un óvulo fecundado, es tan importante o más que la de un ser humano. Para que nadie me acuse de demagogo matizo que para la Doctrina Católica, un embrión es ya un ser humano, pero como sólo es ella, la Doctrina la que piensa así, yo, que no lo hago, sí incluyo la matización.

Rouco critica que para que haya nacido Javier han tenido que "morir" muchos hijos. Insisto, esa teoría, torticera y alejada de la realidad, implica que para la Jerarquía eclesiástica, un embrión vale más que la propia vida del hermano de Javier, condenado a vivir a una diálisis de por vida, condenado a morir con 40 años, condenado a un sufrimiento constante de sus padres. Si Javier va a curar a su hermano, qué más da. Eso es contravenir el deseo de Dios que mandó al niño a esta tierra para que sufriera. Como decía un filósofo italiano en El País este fin de semana, qué clase de Dios de amor -que es el que nos venden- permite que una criatura sufra hasta el extremo y muera en pleno dolor.

La ciencia avanza - es lo que el Papa llama "jugar a Dios"- y permite que la calidad de vida de los hombres y mujeres mejore, que se luche contra las enfermedades, que se le gane la partida al dolor. Habrá quien me acuse de ser excesivamente hedonista. Bueno, parafraseando al manipulado Jesús, quien esté libre de pecado que tire la primera piedra. Mientras me llega, aplaudo la valiente decisión de los padres de Javier y me alegro por su hermano que se va a poder curar y por todos aquellos que, agarrados a la esperanza de las células madre ganarán en calidad de vida, aunque ello les aleje de la santidad a través del sufrimiento.

Un saludo desde mi jardín.
Bomarzo hedonista.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Anatem,a, Bo. Te vas a ir de cabeza al infernillo.
Rigoletto (que, una vez más, se queda sin post)

Bomarzo dijo...

El infierno? Me pone. No te quedes sin post. Complementa, leñe.

Anónimo dijo...

1º) Ley no es equivalente a ética; la prueba está clara: la ley puede cambiarse incluso en sentido totalmente contrario y la ética es persistente en el tiempo.
2º) Es incompresible, al menos para mí, la incuria de determinados sectores que se proclaman ateos o agnósticos, pero que para cualquier comentario no se les despega la palabra iglesia de la boca. La Iglesia es para los que creen, lo mismo que los partidos es para los que militan. No es congruente criticar la “filosofía” de una organización si en mi vida o en mis ideas no va a tener influencia, ni puede tenerla. Puedo criticar al gobierno, porque es de todos, pero no debo inmiscuirme en las líneas programáticas que salen de los congresos de los partidos, eso sólo corresponde a los afiliados.
3º) Lo que se está planteando ahora es muy viejo; es un problema totalmente científico, no religioso. Hace unos muy pocos años sólo se podía tener células madre de embriones, ahora hasta del pelo se pueden sacar.
4º) ¿Dónde empieza la vida? ¿Conoce algún científico que tenga la respuesta absoluta?
Lo que sí estaremos de acuerdo es que si hay vida y se destruye, eso tiene un nombre. ¿Cuándo, en que momento, empieza a tener vigencia ese nombre?
5º) Siempre que hay elección se está sacrificando algo. Si de los embriones sólo el 25% sirven y de estos sólo el 10% valen, la cuenta es clara: al menos, 39 se desprecian.
6º) Me da igual lo que piense,está en su derecho pero esa mis libertad aplíquesela a la Iglesia para que pueda decir lo que crea conveniente.

Bomarzo dijo...

Carrasqueño. Bienvenido. Gracias por tu argumentación. Muy interesante. Pero permítime que incluya un simple matiz. No me parece que la iglesia quede al margen de cualquier crítica cuando ella opina de todo, lo divino y lo humano. Es más, tampoco puedo estar de acuerdo contigo cuando todo lo que trasluce tras cada comentario eclesiástico es un afán por querer imponer su criterio.
Entiendo que la Iglesia no se ha dado cuenta de que ya no tiene ningún monopolio, que su ámbito de actuación debe ser el de sus creyentes y que en el mundo hay gente que ni cree en ella ni pretende hacerlo jamás.
Gracias por participar y espero seguir viéndote por aquí.

SGCI. dijo...

En cualquier caso, hay un antes y un después en muchas cosas después del pequeño Javier.

Anónimo dijo...

La Iglesia y sus filibusteros prefieren la muerte del niño mayor, antes que el nacimiento de un hermano que pueda salvarle la vida.

Se preocupan de unos embriones (supongo que también estarán sufriendo por los espermatozoides), e ignoran por completo a los niños y esas vidas ya nacidas y que mueren día tras día. Ya sea por hambre o por falta de asistencia sanitaria.

¿ Dónde están esos granujas cuando mueren esos miles de niños todos los días, y en el Planeta Dios ?

Alfa79

Anónimo dijo...

Gracias Bormazo por admitirme en tu tertulia; es pero no molestar, pero yo no me explico, claro. ¿Porqué la iglesia no va a poder opinar? Si cercenamos la LIBERTAD me da igual a quién se lo hagamos. Lo esencial es la libertad. Y lo que pido es coherencia: ¿porqué quién no cree se casa, bautiza a sus hijos, primeras comuniones, entierros, asiste a acciones litúrgicas, léase novenas, procesiones, cofradías, etc… todo dentro de la Iglesia? No eres cristiano, bien, no asistas o hazle el mismo caso que le hacemos a los mormones, por poner un ejemplo, es decir: ninguno y que no te preocupe que la Iglesia sea o no monopolio, porque no lo es; nadie te pone un puñal para que asistas o compartas sus ideas. Hoy, NO. Si hablamos de un ayer, habrá que coger todo el ayer, no parte.
Yo no defiendo a la Iglesia, tiene quien lo haga, pero entiendo su postura. Si la vida se concreta, se realiza, se forma, se sustancia, cuando un espermatozoide fecunda un óvulo, o no, es ahí donde la ética debe entrar. Porque si resulta que mañana se demuestra que se forma en ese instante, con el Javier, caso particular, se han cometido 39 asesinatos como mínimo. Nos guste o no nos guste. Y eso es lo que la Iglesia quiere dar a entender. Y estamos hablando por hablar: las cuestiones de fe son intangibles e imposibles de razonar; si lo fueran, dejarían de ser fe.

Alfa79, no es razonable tu lenguaje; puede dar sensación de pobreza de vocabulario. Cuando se insulta gratuitamente y a trochemoche se da argumentos a los demagogos.
Por cierto, los últimos que salen de cualquier conflicto son los misioneros, normalmente se quedan: vivos o muertos.

Anónimo dijo...

Vaya peazo de post que te ha salido. EX-TRA-OR-DI-NA-RI-O. No añado nada más porque mejor no podías haberlo dicho.

Claro

Anónimo dijo...

Pues sí, la POBREZA es mi firma y también mi espíritu.

Soy pobre al escribir, sobre todo al expresarme y, mucho más al consolarme.

A veces, me confunde ese "puntillo" de auto-pedantería; en todo caso, creo que existen enormes agujeros negros que engullen a ciertos personajes indelebles.

Salud y saludos. Alfa79

Bomarzo dijo...

Perdón por no haber seguido ayer con el debate, pero estuve toda la tarde fuera y ya sabéis que en casa aún no tengo Internet. Carrasqueño, que la Iglesia opine de lo que quiera. Está en su derecho, pero el que opina sabe que entra en el juego de la réplica y contrarréplica y eso, parece que no se entiende. La Iglesia entiende que cada vez que habla es dogma de fe y que sus postulados son verdades absolutas que han de aceptarse por todos como una categoría universal. Y eso YA no es así. Por ejemplo, dices que en el caso de Javier se cometieron 39 asesinatos. Me extraña que lo digas cuando en el comentario anterior afirmas que no está claro dónde está el límite de la vida, en qué momento surge. Para mí sólo se rechazaron 39 embriones. Hay vida ahí? La misma que en un espermatoziode. Consideras vida a un esperma? No se puede categorizar. Como dice Gu., hay muchas cosas detrás de todo esto como para decir blanco y negro.
Alfa, cosas parecidas me pregunto yo.

Anónimo dijo...

Alfa79, tu pobreza no es tal ya que te expresas bien, aunque con vehemencia, que no es malo. Lo malo, lo POBRE REAL, es no tener nada que compartir por mor del egoísmo absoluto. Te ruego me disculpes si en algo te he molestado; no era mi intención y sólo decía “se le da armas a los demagogos”, y tú no lo eres. Y de penas…, te puedo asegurar que entre las que tengo de serie y las acumuladas, son, al menos, como las tuyas: te las cambio a pelo.

Bormazo, por favor, distingue los condicionales. He dicho: si mañana… Si no sucede ese mañana, no hay tal asesinato. Pero si sucede, SÍ. La Iglesia… Bormazo, mi caso es excepcional, porque un buen católico me diría que soy al menos agnóstico, pero no tengo porque definirme ni ante él ni ante ti; repito: yo no defiendo a la Iglesia. Yo defiendo la libertad de expresión. Si a ti las opiniones de la Iglesia te parecen dogmas, es un problema tuyo, no de la generalidad y tendrás que resolverlo tú.
Convendrás conmigo que tiene que haber algún límite ético en la investigación porque si no veremos muchas atrocidades del estilo de Un mundo feliz.

Bomarzo dijo...

Carrasqueño, claro que debe existir un límite en el avance científico. No sé si ético, pero legal, sin duda.
No soy yo quien piensa que la Iglesia dogmatiza. Dice que usar preservativo es pecado. No es eso un dogma? Se lo dice a todos, creyentes o no. Quizás debería decir que mis clientes no deben usar el preservativo, porque según las reglas del juego que ellos han aceptado, es pecado.
Ellos dicen, directamente que se ha cometido asesinato, no que según ellos ha habido un asesinato. Directamente han definido... Eso es dogmatizar. Permíteme, amigo que vuelva a recordar una cosa: jamás negaré la libertad de expresión a nadie, algo que la Iglesia, al menos, ha hecho en innumerables ocasiones, pero sí afirmo que se puede hablar y, por tanto, preparado para las respuestas que puedan venir.
Un saludo, de nuevo, Carrasqueño.

Anónimo dijo...

Me estoy poniendo muy pesado:
Bormazo, perdóname, pero si antepones lo legal a la ética, tienes un serio problema.
Hace mucho tiempo que mis criterios me los formo yo solo; y entre lo que tengo seguro es que un dogma no se pone en la punta… de las narices. El Dogma es más serio. No sé a qué sacerdotes escuchas tú, pero seguro que son del Opus, por lo menos.
Perdóname de nuevo, pero lo tuyo es un simple ataque de anticlericalismo; somos propensos a ello.
Que risas estará hechando el Buen Dios con nosotros: Un único mandamiento os doy...