Dicen los que saben de esto que estamos ante una crisis de dimensiones parecidas al crack del 29. Yo no lo sé. El caso es que Bush ha tenido que mandar todas sus teorías liberales y ultraconservadoras al garete si quiere que su chiringuito, y en consecuencia todo el chiringuito mundial que por desgracia depende del suyo.
Insisto en que yo no sé nada de economía, pero el pasado fin de semana, El País publicaba una entrevista con el Presidente del Parlamento Europeo que decía que ese plan no era viable si además permitíamos que la gente se muriera de hambre. Y, creo que ese es el quid de la cuestión que ya se la he leído a Patón en alguna de sus entradas. Los países ricos han declarado en infinidad de ocasiones, la última en Italia, en la cumbre de la FAO, que no pueden hacer más por ayudar a erradicar el hambre en el mundo. Sólo unos pocos (entre ellos España, que es el país del mundo que más ha aumentado sus ayudas hacia los países pobres), apostaron en cierta medida algunas soluciones. Sin embargo, Bush y los suyos no tienen reparo en inyectar dinero público para que los ricos no dejen de serlo acosta de los que no lo pueden ser porque los ricos les sacan todo lo que pueden para seguir siendo más ricos.
El circo de los poderosos se cae y pide que los sufridores de sus excesos se conviertan en sus sostenes, en sus valedores, en los garantes de su continuidad.
Dice la Vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega (de la Vogue, para Gu.) que el capitalismo cambiará cuando salgamos de ésta. Más nos vale, aunque conociendo el paño seguro que volveremos a engordar a la vaca hasta que reviente de nuevo, sin importarnos las vidas que se arruinan o se quedan por el camino.
Un saludo desde mi jardín
Bomarzo no es rico
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