Que Telemadrid no sorprende a nadie en su sano juicio es algo obvio. Su evidente alineación (y alienación) hacia la gaviota más aristócrata del populismo patrio es tan obvio como que el oficio de conductor de Metro debe ser aburrido de narices, a tenor de las caras de los sujetos en cuestión.

No me cabe duda de que en todo este guirigay hay una persona que tiene la razón: Zelaya, presidente legítimo que fue expulsado del país por un golpe de estado. La democracia no puede ser prostituida, por mucho que se empeñen algunos, y las acciones de facto no son legítimas. En democracia lo único legítimo es lo que sale de las urnas.

Eso sin obviar, como ya dije alguna vez, que Zelaya tensó la cuerda de la estabilidad democrática con su afán por una reforma constitucional que el poder judicial rechazó. No obstante eso no puede conducir jamás a un derrocamiento violento de un gobierno legítimo. Hablaba Antonio de la II República española y el maniqueo argumento que durante años fue dogma, que afirmaba que la República merecía el golpe porque era un régimen incapaz de asegurar la seguridad nacional. Toma del frasco. En Honduras se está viendo que, 70 años después esos argumentos no caducan.
Y anoche, Telemadrid puso su granito de arena. El informativo de autor de la noche, en medio de la que está cayendo, con todas las democracias mundiales sin reconocer el gobierno de Micheletti, con un clamor popular que exige a los golpistas reponer a Zelaya en el lugar que ocupaba antes del golpe, en Telemadrid, repito, entrevistan a un hondureño que justifica el golpe de estado, que afirma que el mundo conspira contra un país que sólo quiere la paz y que Zelaya es poco menos que un nazi.
Telemadrid. El PP de Madrid. Saque sus propias conclusiones.
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