En Madrid todo el mundo tiene prisa.
Los coches van demasiado rápido. Los semáforos son puertas abiertas a la velocidad.
En Madrid todo sucede demasiado deprisa. La gente camina rápido, tanto que hacen del empujón sin disculpa deporte nacional. Convierten a los peatones objetivos móviles a prueba de relejos.
Los niños se besan con pasión adulta en los andenes del Metro.
En Madrid todo va demasiado deprisa. Da la sensación como si aquí la gente se quisiera vivir la vida, como si el tiempo tuviera otra medida, durara menos. Yo me quiero parar en medio de toda esa prisa. No quiero perderme lo que se pierden aquellos que corren buscando no perderse nada.
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Hace 22 horas
4 comentarios:
Bonita reflexión. Pero, ¡para!, ¿dónde vas con esas prisas? Ala, a leerlo tranquilo :-).
Claro
Es de forma inconsciente....vamos con prisa, con estrés....
pero...... qué maravilloso es Madrid.....
Vélez.
No corras Jardinero...
Besos Nazaríes...
Sin prisa pero sin calma... bonito lo de querer pararse a mirar en medio de toda esa prisa...
Besillos
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