viernes, 28 de noviembre de 2008
A musicar
Empezamos con The Beatles. Su época final fue testigo de grandes temas, temazos que diría Juanillo Albea, el gorrión de la Fuente, como este Come Together. Cómo suena ese bajo, madre.
Esta semana se ha conmemorado el Día contra la Violencia de Género. Si yo fuera mujer, sin duda, estaría muy orgullosa de serlo. Es más, seguro que jamás me sentiré orgulloso de ser hombre. Es por ello que le quiero dedicar esta canción a todas las mujeres y con ellas, a todas las personas que han sufrido vejaciones y padecimientos por decir te quiero a la persona equivocada. La copla nos la regala Bebe.
Un saludo y feliz fin de semana
Bomarzo hasta el lunes.
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Asfixia
Soy incapaz de concentrarme en nada. Hoy he dormido muy mal. Apenas podía respirar. La congestión levantó muros insalvables para un oxígeno insuficiente. La boca abierta secaba mi garganta y el sueño se evaporaba con el dióxido de carbono. Me dejé la medicina en el trabajo y he lamentado mil veces mi natural despiste hasta condenarme a muerte.
Estoy cansado. Estoy muy cansado. Me duele la nariz y los ojos son tierra seca y cuarteada. En el Metro no consigo encontrar las ganas de leer. Al parecer se han quedado en casa. Respiraban mejor. Hoy me molesta que alguien se siente a mi lado, me molesta mirar a quien se sienta frente a mí, me molesta que el tren se pare, avance, frene. Me molesta volver a salir a la superficie. Me molesta volver a sentir ese frío que se apodera de mis huesos y que no me deja en paz durante todo el día. Hoy me molesta casi que sea viernes. Sólo quiero estar con los ojos cerrados y respirar todo cuanto anoche no se me permitió. Solo.
Perdón por la tontería.
Un saludo desde mi jardín.
Bomarzo se asfixia.
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jueves, 27 de noviembre de 2008
Liblogs. Entre limones
No quería ser visceral, no quería dar la nota con un no, pero es que no, no me ha gustado. Y al final, el tiempo pasado lo único que ha hecho ha sido confirmar que la historia no me ha enganchando.
Lo siguiente que hice fue hablar con mis suegros. Le di el libro a mi suegra. Ella es de la Alpujarra y pretendí que ella me ayudara a comprender lo que con toda seguridad a mí se me había escapado. “Entre limones” ha sido uno de los libros más vendidos y no podía estar tan equivocado. Pero no. Mi suegra, tan alpujarreña ella, no ha visto su Alpujarra en ese libro. Así que nada. Tampoco pudo ayuda.
Así que no me toca otra que intentar justificar por qué no me ha gustado.
Primero, porque no se puede evitar el tufillo británico de un texto en el que se mira siempre por encima todo aquello que no lleva el marchamo de la pérfida Albión. El mundo se equivoca al conducir por la derecha y poniendo los volantes de los vehículos a la izquierda. Esa idea del ellos se lo pierden, tan británica, rezuma por el texto.
Segundo. No veo el optimismo por ningún sitio. El subtítulo del libro habla de la historia de un optimista. Dónde está ese optimista? A qué llama este hombre optimismo? Al menos lo hace con algo que yo no entiendo como optimismo, sino día a día.
Tercero. Da la sensación de que el libro, que no deja de ser una historia de ingleses contada para ingleses, quizás por ello no la entienda, es el recorte de un diario bien intencionado que un editor listo cortó y pegó oliendo el filón de ventas que finalmente convirtieron ese libro en algo muy conocido. Poco más. A esa teoría mía colabora un final insulso, insípido, intrascendente y que aportó bien poco a una historia cotidiana y poco excitante.
De todas formas quiero dar las gracias a los liblogs y a Toni por haberme acercado a un libro que en circunstancias normales jamás hubiese leído y que ahora puedo criticar, no desde el prejuicio, sino desde el conocimiento.
Un saludo desde mi jardín.
Bomarzo agrio como un limón
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miércoles, 26 de noviembre de 2008
Cuaversos de Bitácora IV. Nana para Miriam.
NANA PARA MIRIAM
Duerme,
duérmete cielo
que si pronto te duermes
te regalo un beso.
Duérmete pronto,
apura tu sueño,
cierra tus ojos.
De caramelo
serán mis palabras
pegadas a un cuento.
Duerme,
duérmete cielo,
que si pronto te duermes
te regalo un beso.
asómate al mundo
y pide un deseo.
Que la luna redonda
se convierta en un queso
y que una estrella traviesa
se lo lleve muy lejos.
Duerme,
duérmete vida
que si pronto te duermes
me convierto en vigía,
en timón, en faro,
en camino, en guía
de tus sueños de níquel
hasta que amanezca el día.
Que papi te cuida
y las pesadillas te quita.
Duerme,
duérmete vida
que si pronto te duermes
vendrá la poesía
con su vestido de flores
y su caja de música
a cantarte canciones,
canciones sentidas
velando tu sueño,
en tus ojos… a escondidas.
Un saludo desde mi jardín.
Bomarzo papi.
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martes, 25 de noviembre de 2008
25 - N
En su boca
la sangre buscaba una salida para respirar.
En sus oídos,
escasos sonidos de sirenas se mezclaban
con explosiones e insultos.
Para ella, un te quiero era la amenaza
anterior a un golpe.
En sus manos
se escapa la escasa vida que jamás mereció.
Para ella, morir
era su única salida.
Mil veces hizo un equipaje de miedo.
Mil empaquetó el orgullo, el sabor de un golpe.
Otras mil fue deshecho a patadas.
En su corazón
ni siquiera cabía el miedo.
Su diccionario quedó reducido a vocablos de disculpa.
Sólo había hueco para un no o un lo siento.
La felicidad se parecía
demasiado a no tener moratones que esconder.
En su cama
lágrimas y más lágrimas,
entrega anestesiada por lo que un día
quiso que fuera y se escapó
a la velocidad del primer insulto.
En cada "puta"
se escondía la cicuta que acabó con su sueño.
Con cada hostia
morían los hijos que le negó.
Para ella, morir
Fue su única salida.
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Si te pega no te quiere
Porque lo primero que hace es matarte psicológicamente. Pierdes la dignidad y dejas de considerarte persona. Rebasada esa frontera todo está justificado, todo puede pasar. Es en ese momento cuando eres despojo, sólo carne, carne herida, carne culpable, carne convencida de que merece el castigo recibido. No dejes que llegue a ese instante, porque ya te habrá vencido.
De todas formas nunca es tarde para empezar de nuevo. Denuncia, huye. Nadie que expresa sus sentimientos a golpes merece que le des la pureza de tu amor. Es más, eso no es amor.
Cierro mis ojos y pienso. Pienso en la cantidad de gente que cada año mata a su pareja. Pienso en la cantidad de veces que escuchamos eso de que es un problema educacional, cultural. Pienso en que cada vez son más jóvenes los que entran en la espiral de la violencia en casa. El otro día, al salir del Metro y cruzar un parque que me conduce a mi casa, una pareja de algo menos de 18 años caminaba en sentido contrario al mío. Él llevaba la cabeza cubierta con una capucha. Ella iba unos pasos por detrás. De repente él se detuvo, la tomó del brazo y la arrastró con un fuerte tirón. Ella no cayó, pero le decía que la dejara en paz. Él buscaba su mano y, estoy convencido de que se la hubiera cortado con tal de haberla tenido entre la suya, exhibiéndola como un trofeo.
Me asustan los roles que veo entre los chavales más jóvenes. Me asusta que ellas tiren por la borda años de lucha con conceptos que vuelven como "mi hombre" o "mi macho". Me asusta que entre los jóvenes se haya instalado un lenguaje violento para dirimir sus quitas.
Recuérdalo. Tenlo claro: si te pega, no te quiere. Está enfermo y si no quiere ser ayudado, créeme, no merece la pena. Se sale. No pierdas las esperanza. Denuncia y no dejes que te humillen. Vales demasiado. Mucho más que él. Mucho más de lo que él te ha convencido que vales.
Un saludo desde mi jardín.
Bomarzo contra el terrorismo doméstico
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lunes, 24 de noviembre de 2008
Alicante
Las aceras se preparan cada noche para acoger miles de miradas esquivas. Ahora, mientras el cielo cambia de color y las puertas de un mercado modernista se abren con olor a pescado casi vivo, algunos remolonean buscando algún encargo que les proporcione dinero que les permita un desayuno o, quizás, una cena postergada por un cartón de vino.
Me dirijo hacia el mar. Quiero verlo antes de marcharme. Desde la ventana de mi habitación he podido contemplarlo en la distancia. Tranquilo, intenso, como el reflejo de un cielo sin nubes. Decido ir en su busca. Una bandada de gaviotas me muestra el camino con sus graznidos. Paso junto a una lotera que me invita a tentar la suerte cantando no los números, sino curiosas palabras asociadas a ellos por la sabiduría popular, a caballo entre la superstición y lo anecdótico.
Todas las ciudades que duermen junto al mar se parecen y si el mar que les da cobijo es el Mediterráneo la similitud es total. La luz, el aire, la imagen, su urbanismo, la arquitectura se trasladan de un lugar a otro. Así Motril y Alicante son gemelas sólo distinguidas por su tamaño.
Camino por las mismas calles que anoche me guiaron en la búsqueda de un lugar para cenar. Veo el Teatro, carrer de Girona… Ahora, en cambio, son tan distintas que parecen lugares ajenos. Veo palmeras y un enorme magnolio de tronco multiforme, raíces revueltas y ramas como puentes. Cerca, una casa recién rehabilitada impide a otra caerse al suelo carcomida por el paso del tiempo, el salitre y el olvido. A mi lado camina un monte escarpado y coronado por un viejo castillo con mil antenas en su cresta. En su compañía aparezco ante la dársena del puerto. Será lo más cerca que esté del mar en las próximas semanas o meses. Ante mí, unos lujosísimos yates que me recuerdan que o mi reino no es de este mundo o tal vez sea el suyo el que se me escapa. Cierro los ojos para empaparme de un sol todavía mojado por el horizonte marino del que acaba de nacer. Es sólo un minuto o menos. Respiro con fuerza para llevarme sal, yodo, mar, luz… y emprender un descamino hacia un nuevo punto de retorno, demasiado lejos de todo esto.
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La Buena Nueva
Y de no ser porque el tema es muy serio se me hubieran caído lágrimas de risa. El cura de la peli que, recordemos, está basada en hechos reales, se puso de lado del débil, con independencia de su ideología, actitud que hubiera sido la deseable en el resto del clero, pero no sólo durante la guerra, sino en toda la historia de España, lo que le habría evitado seculares odios y revanchas desproporcionadas aunque no exentas de cierta justificación. El obispo de Pamplona pronunica dos frases épicas durante la peli. En una dice que "La Iglesia siempre está con el poder legalmente establecido, aunque no es menos cierto que la República era un régimen legal...". En la otra le dice a don Miguel "ya está usted otra vez con el cuento ese del Evangelio y no se da cuenta del daño que le hace a la Iglesia". Curioso, verdad?
Unax Ugalde hace un papel excelente, como el resto de los actores. La banda sonora, muy buena. La fotografía, impresionante. La historia, genial. Merece la pena ir a verla y sería de obligado visionado para chavales de 15 años en adelante. Les ayudaría a conocer que eso pasó y que no fue como muchos dicen.
Bomarzo en el cine
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sábado, 22 de noviembre de 2008
Música. Simplemente.
Esta semana se ha celebrado el Día del Niño. La blogosfera se movilizó para gritar no a la pornografía infantil. Hoy, por tanto, la primera canción va a los niños y he escogido el tema de Serrat "Esos locos bajitos"
Cierro el bloque con un tema instrumental de Kenny G. Se titula "Moment". Espero que el pasado por vosotros en este blog haya sido agradable.
Lo dicho, buen fin de semana.
Bomarzo
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viernes, 21 de noviembre de 2008
El Caso Leganés
La pobre apariencia formal del libro esconde la desgarradora historia de una caza de brujas en toda regla, y no lo decimos nosotros. Tampoco el propio doctor Montes, médico en cuestión, sino una cantidad de informes neutrales que fueron obviados por la consejería de salud de la Comunidad de Madrid, conducida en esa época por Manuel Lamela y que montó un circo mediático, sin pruebas, con mucha manipulación y la intención clara de acabar con un sector de izquierdas dentro de la sanidad pública madrileña.
Como digo, el texto es mejorable y podría estar mejor escrito. Al margen de ello es todo un manual de obligada lectura para todos aquellos que alberguen dudas sobre la realidad del sistema sanitario público madrileño, su cuestionamiento, las heridas que sufre de forma constante, en definitiva, su paulatino desmantelamiento.
La Comunidad lleva años erosionando un sistema cuyos principios de universidad y gratuidad se socavan al socaire de soflamas demagógicas que esconden una privatización encubierta, sobre la que ya ha alertado el Defensor del Pueblo ante denuncias de Izquierda Unida.
El doctor Montes, Luis Montes, lanza unos mensajes que debería estar situados en la cabecera de la cama de muchos políticos, no sólo de la derecha madrileña, que son el abecé del sistema público sanitario, un logro social, un tesoro del que no podemos prescindir, un bebé al que no debemos dejar de mimar.
Pero al margen de todo ello, el libro ayuda a entender las diferencias que existen entre la eutanasia y la sedación terminal, la necesidad que tiene la clase médica y la sociedad en su conjunto de afrontar de forma madura el proceso de la muerte. La ciencia y sus avances permiten evitar el sufrimiento innecesario, el encarnecimiento terapéutico, el dolor irresistible que podemos sentir en el tránsito final. Y esa posibilidad debe quedar alejada de cualquier posicionamiento moral e ideológico.
La persecución a la que fueron sometidos Montes y su equipo -y que a pesar de su inocencia demostrada jurídicamente, no ha costado cabeza política alguna- debería provocar un debate en la sociedad sobre el hecho de cómo queremos morir. La regulación de la eutanasia debe llegar, la sanidad debe permitir que, llegado el caso y a tenor de unas reglas, podamos determinar qué hacer con nuestra vida sobre la que nadie más que nosotros mismos debemos disponer. La supuesta objeción de conciencia a la que algunos médicos pretenden agarrarse implica su deseo de dejar en otras manos -divinas o terrenales- la decisión final sobre nuestra propia muerte. Otro tanto sucede con las sedaciones, sobre las cuales ni siquiera debe haber debate pues está regulado y cualquier negación médica a llevarlas a cabo previo consentimiento familiar, debería ser considerado, como mínimo, como negligencia.
No estaría de más que acudiéramos a ese libro y que al leerlo recordáramos a Ramón Sampedro o a Inmaculada Echeverría y, al mismo tiempo, la importancia de mantener el sistema público sanitario que en Madrid empieza a ser desmontado con unos efectos, me temo, absolutamente perversos y, lo que es peor, irrecuperables.
Un saludo desde mi jardín.
Bomarzo por la muerte digna.
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jueves, 20 de noviembre de 2008
No a la pornografía infantil
Hoy se celebra el día contra la pornografía infantil. Alfa nos ha llamado la atención sobre un tema que, sin duda, merece que toda la sociedad se vuelque para su erradicación. Y es importante que lo hagamos desde la blogosfera, como expresión del desarrollo de Internet, pues ha sido ella la que ha permitido que los pederastas puedan hacer de su mal un elemento mucho más fácil de esconder y, por ende, les ha dotado una mayor capacidad de destrucción.
Las nuevas tecnologías nos han sumido en una revolución constante comparable con la industrial del siglo XIX. El mundo gira, está girando y las gentes que vivimos estos cambios somos incapaces de imaginar el final de este largo túnel en el que andamos sumidos. Las ventajas de las que nos ha dotado, son obvias, tanto como los inconvenientes.
Los adultos, los padres tenemos una nueva responsabilidad, la de educar a nuestros hijos en la utilidad de unas herramientas que para ellos son como nuestros recortables, como los lapiceros de antaño. Su pureza se enfrenta a un poderoso instrumento que ha de ser controlado. Los pederastas saben del alejamiento de muchos progenitores en esta parcela, de la excesiva confianza que brindan a sus hijos y que hace de los niños una pieza muy vulnerable.
España ha dado golpes muy importantes a la pornografía infantil. Seguro que lo va a seguir haciendo. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han hecho un enorme esfuerzo modernizador para estar alertas en el cíbermundo, pero acabar con esto es responsabilidad de todos.
Desde Internet debemos estar alertas y denunciar cualquier resquicio que veamos por el que se puede colar un ser despreciable. También debemos hacerlo con el uso que se le da a esta herramienta para difundir barbaridades de las que todos hemos oído hablar. Debemos acotar hasta el mínimo cualquier espacio por el que estos seres despreciables puedan moveser por la Red. No podemos permitir que a los niños se les robe su infancia de la forma más dolorosa posible.
Un saludo desde mi jardín.
Bomarzo
El padre de este espacio reflexiona hoy sobre la decisión de Garzón de inhibirse en el caso de las fosas comunes del franquismo. Pincha aquí.
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miércoles, 19 de noviembre de 2008
Cuaversos de Bitácora III. Verbos irregulares.
El poema de hoy se titula "verbos irregulares"
Vivo de forma constante
en la encrucijada perfecta
del complemento directo
del verbo nosotros.
Verbo irregular,
como querer,
como amar,
como sufrir,
como tú y como yo.
Verbo complejo
conjugado en un solo tiempo,
una sola forma de doble personalidad
y que se expresa diciendo
te quiero.
Un saludo desde mi jardín.
Bomarzo cuaversea.
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martes, 18 de noviembre de 2008
Chamartín
En Chamartín las indicaciones señalan que mi meta está en un plano superior. Con mi petate al hombro tomo el primer tramo de escaleras mecánicas. Subidos dos un sonido me descubre que acabo de pasar por una nueva estación donde un Metro se ha detenido. La altura me deja ver que lo que voy dejando atrás -abajo- son planos superpuestos en el subsuelo de distintas pltaformas de trnasporte que convierten a Chamartín en un gran hormiguero al que van a parar un sinfín de túneles. Mis provincianos ojos no pueden salir de su perpleja pequeñez, acostumbrados a discusiones eternas sobre si es posible soterrar o no una estación o desvíar un río a la izquierda o a la derecha.
Una enorme pantalla azul y un efecto mátrix me confunden y me hacen dudar sobre mi presencia un mundo real. Ojalá apareciera Trinity. Me ayudaría a entender.
Soy un enano, un Paco Martínez Soria, un cateto a babor que presume de cosmopolita y que se emborracha al ver una estación intermodal. Presunción de cosmopolitismo sin base pues no he pisado más de cinco países, incluída Andorra y que además no sabe ni montar en tren.
Entre el inframundo y la luz del sol ando unos pocos metros bajo un soportal en Plaza Castilla y aparecen, colosales, las cuatro torres que han redefinido el perfil de este Madrid único.
Pasa el tiempo entre llamadas a tres que salen y bocadillos apresurados. Entro en el anden 15. Busco mi vagón -coche lo define la joven azafata- en clase turista. Puntual arranca el ferrocarril, con escaso ruido y algo de movimiento, restando romanticismo a la idílica imagen ferroviaria que nos ha regalado el cine que, con independencia de la época, siempre ha añadido un característico y rutinario sonido al tren, tan ridículo como el movimiento exagerado de de un volante de coche de esas viejas películas en blanco y negro.
Los primeros metros son de puentes de tendido eléctrico, raíles, vías, piedras enormes que esconden vías, guardarraíles y esas cuatro torres de acero y cristal, enormes, escondidas poco a poco por el viejo Madrid y que desaparecen en un túnel del que parece no existir salida más allá, en el punto exacto en el que el olor del monóxido de carbono se mute por el del sol mediterráneo. Con la imagen de ese MAdrid que me dice "no tardes", empiezo el viaje y abro mi libro.
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lunes, 17 de noviembre de 2008
Poema par aun viaje
Tierra en mis uñas.
heridas abiertas en mi piel.
Soy un vivo en muerte,
un mudo que sólo sabe decir tu nombre,
un sordo que sólo oye tu voz,
tu voz
y el eco de tus pasos en la hierba.
Soy un agujero negro
absorviendo cada una de tus miradas.
Tengo tierra en las uñas
y recuerdos en los pies
incapaces de volar alto,
lastrados por mentiras irrepetibles.
De mi traje desgastado
por no usarlo
caen sílabas de los agujeros de bolsillos
en los que un día cupimos
haciendo de ellos un refugio de verbos.
No recuerdo cuándo te besé por primera vez
en un coche de despedida.
Sin embargo, de mis labios se ha caído
el último te quiero dedicado.
Un saludo desde mi jardín.
Nos vemos en Alacant.
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Debate en torno a una foto
Primero la foto, tomada de www.información.es:
Y ahora dime, qué te parece? Hay un vencedor en ella? Ha merecido la pena?
Un saludo desde mi jardín.
Bomarzo modera y participa.
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sábado, 15 de noviembre de 2008
Descansad con música
Y empezamos con una canción bellísima sobre lo que una persona puede cambiar una vida. "Llegaste tú", de Jessy y Joy
La segunda de las canciones la he tomado prestada de un crack. Fue líder de un grupazo, Los Piratas. Hoy, en solitario, Iván Ferreiro canta cosas como "S.P.N.B."
Buen fin de semana a todos y todas.
Bomarzo.
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viernes, 14 de noviembre de 2008
Muerte de un Poeta (y V)
El cigarro se le cae de las manos justo cuando la brasa empezó a quemar la piel de sus dedos. No se queja. No tiene vida. Toma el libro. Coge la pluma y escribe. Lejos quedaron otros autógrafos en otras orillas del mundo, cuando todo parecía imposible, cuando todos se creían inmortales. Al instante llega un retén de tres hombres también con camisa azul. Una de las caras que llega le resulta tan conocida que casi empieza a comprender. El resto se ríe e insulta. Nada nuevo.
Fuera hace frío. El cojo ya está en el camión. Junto al poeta suben otros dos hombres de afilada figura y tauromáquico gesto, afilados como un arpón. El del rostro reconocido se presenta junto al mismo hombre que le detuvo hace dos días o dos años. El tiempo se confunde. Los dos se miran. Uno de ellos, no sé quién, le dice: “Camborio, flor de la raza calé, te voy a meter una bala por cada uno de los insultos a la guardia civil que has escrito. ¿Dónde están ahora tus amigos, tus manifiestos, tus versos de mierda? Nadie se acordará de ti dentro de un rato.”
El joven soldado se quedó un rato más en la celda. Enciende otro cigarro disfrutando de su victoria. Saca el libro del bolsillo exterior de su camisa azul y busca la dedicatoria. Es el segundo libro que tiene dedicado por el poeta, ese poeta al que acaba de humillar restregándole su superioridad. El segundo libro firmado y qué contextos más diferentes. .
Bajo el título del libro pudo leer, al tiempo que se oían cuatro disparos que rompieron el aire y anunciaban el amanecer de una nueva Patria: “Con la certeza del que sabe que nunca más volverá a verte. Con los alfileres de la muerte clavados en mis dedos. A la hora que las piquetas de los gallos cavan buscando la aurora. Con el mayor de mis desprecios… El poeta… A 18 ó 19 de agosto de 1.936”.
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Arrepentido
Sea como fuere, según esa tradición, el ser más maldito del universo puede verse en el mágico trance de ver la luz celestial si en el instante postrero se arrepiente de sus pecados y pide perdón con el pecho abierto. Esto último es algo no termino de entender y no es que esté a favor de la venganza, pero me parece demasiado fácil ganar la justicia divina cuando caminar por este valle de lágrimas que es la vida terrenal es una verdadera putada debido a personas que no son capaces de arrepentirse hasta el minuto 90.
Todo esto viene porque Bush, hace un par de días dijo que se arrepentía de haber dicho muchas cosas durante su mandato. Así, en frío, puedes llegar a pensar que, como San Pablo camino de Damasco, el junior se ha caído del caballo y ha visto la luz. Nada más lejos de la realidad. Por dos motivos.
1.- Leer no es lo mismo que ver. Ver el tono en el que hizo esas declaraciones y la socarrona cara que tenía mientras la hacía, como diciendo "ya me da igual todo", era comprender que el arrepentimiento no era más que un titular para robarle protagonismoa Obama, rey de las portadas en Estados Unidos.
2.- Puestos a arrepentirse, mejor hacerlo de lo que se ha hecho y no de lo que se ha dicho. Porque decir no causa muerte, ni destrucción, ni ruina financiera, ni crisis alimentaria, ni guerras...
Hubiera estado bien, aunque para mí no le hubiera eximido de nada, que se hubiera arrepentido de Abú Grahib, de la invasión de Iraq, de Guantánamo, de haber conducido al mundo a una desestabilización general, de haber puesto Oriente Medio patas arriba y así hasta agotar sus ocho años de "gloria". Seguro que algún sacerdote le hubiera perdonado y así, las puertas del cielo se abrirían para él. Lo que no sé es lo que hubiera hecho con él tanta gente a la que su política ha mandado al cielo directamente después de haber convertido su vida en un infierno.
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jueves, 13 de noviembre de 2008
Muerte de un Poeta (IV)
IV. El poeta coge el libro. Recuerda los tiempos de risas de aquellos versos. Recuerda los laureles del éxito, la fama que empezaba a vestirle con trajes caros y le conducía a la portada de periódicos de todo el mundo. Recuerda su teatro universitario, los reproches de los que consideraron aquel libro poco vanguardista, demasiado “folklórico”. Recuerda también los primeros reproches, los primeros insultos, las primeras amenazas que llegaban con voz de miguelete, mostacho agresivo y lenguaje soez. Recuerda al Camborio, a la flor de la raza calé, a Soledad Montoya, a su caballo verde…
- No tengo pluma. Entenderás que no pueda firmártelo ahora-. Esa frase suena a reproche más que a disculpa, pero no está en situación de poder recriminar nada. Sabe que su vida ya no está en sus propias manos y conoce la violencia de los que, como aquel soldado, llevaban una camisa azul. Por un momento quiere hacer valer su amistad con el más importante portador de camisa azul de la ciudad, en cuya casa estaba escondido horas antes, pero no quiere comprometer más a esa familia.
Acepta fumarse un cigarro. A pesar del rechazo inicial debe reconocer que la ansiedad le domina y necesita calmarla.
- ¿Qué me vas a rezar, soldado?- Hace tanto tiempo que no reza que duda que, llegado el momento, se acuerde de alguna oración coherente.
- Yo no soy cura para enseñarle a rezar nada, poeta. En cualquier caso lo único que podría rezar con usted es un Páter Nóster. De todas formas, todos los que son como ustedes no tienen palabra. Se terminan por acobardar-. El soldado le dice eso último mirándole a la cara fijamente.
- No te entiendo-, responde el poeta extrañado, sintiendo de nuevo el pavor recorrer cada milímetro sucio de su maltrecho traje claro. El soldado se lo escupe a la cara.
- Los rojos como usted, por muy ilustrados que sean, por muy descreídos, cultos y republicanos que se sientan… al final rezan, al final acuden a Dios-. El monólogo se carga de odio. – Yo le he admirado, poeta. En el bachiller escribía versos y, a pesar de las inmoralidades que usted ha escrito, a pesar de que en casa no podía mencionar su nombre sin que mi madre me mirara con asco, recordando la parte más oscura de su familia, a pesar de todo ello, digo, le admiraba. Admiré sus versos y su teatro. Leía el panfleto ese dirigido por su amigo solamente por saber los éxitos que atesoraba-. El poeta siente que las tripas se le revuelven. Miedo, asco, rencor… todo se suma en un estómago vacío. El joven y futuro victorioso continúa. –Usted no se acordará, pero un día, mientras se reía en una mesa del café en el que tertuliaban usted y muchos que como usted se han escondido ahora ante la realidad de la nueva Historia que escribiremos, yo le observaba con toda atención. Usted mariposeaba, fumaba, bebía, opinaba, reía, criticaba, imitaba y yo le miraba. Me firmó un ejemplar de una de sus obras de teatro, la de la heroína, en la que se mofaba de los valores que volverán a hacer de esta Patria lo que nunca debió dejar de ser. Hoy, poeta, usted, como esa heroína, espera su garrote entre lágrimas. Nadie le mandó bordar ninguna bandera con los oropeles del insulto y el menosprecio hacia aquello que le permitió llegar a lo que fue; nadie le mandó criticar a su propia gente tras el escudo del éxito y la tribuna cobarde de la fama; nadie le mandó exhibir sus desviaciones, poeta. Considere lo que le pasa como la expiación de su pecado. Y ahora, poeta, dedíqueme el libro. No se preocupe por la ausencia de pluma. Yo le dejo una-.
El poeta escucha esas palabras con la quietud del reo que oye al juez dictar la sentencia de muerte. De hecho, es la primera de las balas que atraviesa su alma en aquella noche de agosto que pronto tornaría luz por tiniebla. Se descerrajó el primer disparo por la boca de un niño con camisa azul, cargado de odio, de lengua afilada, de ideología destructora.
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Cuatro Caminos
Lugar de cruce, de encuentro. Con sabor a Madrid viejo de lo que un día fue el nuevo Madrid. Sin victorias que celebrar, salvo las del nombre del barrio que le adopta, el colonial sabor de Tetuán queda grabado en lo antiguo del urbanismo oculto en el entramado de calles que se adentra hacia tu esencia.
Esos cuatro caminos son, de nuevo, como antaño, lugar de cruce entre dos de los cuatro puntos cardinales de una brújula emigrante. Siempre marcando hacia el sur, con pieles negras y acentos extraños. La segunda de las agujas, como equivocada, se ha quedado prendida en el este de idiomas ajenos. Las agujas que deben señalar hacia el norte o al oeste se han quedado en otros rostros de Madrid, un Madrid de anchas calles, conches rápidos y edificios altos. Cuatro Caminos en una brújula capada.
Cada mañana el Metro me devuelve a la superficie bajo un cielo recién nacido, a escasos metros del enclave cercano por donde un poeta soriano con acento andaluz se entregó a un amor no correspondido. En cambio, hoy día, otros más afortunados se pueden despedir con un beso rápido y certero en la frontera de algún semáforo para cruzar al tramo de los pares de la Avenida Reina Victoria, noble apariencia de un barrio humilde que, un día fue linde de Chamartín de la Rosa y que en la actualidad es más espina que flor.
El acerado de esta avenida, ancha como un río, forma rectángulos anodinos y grises de escaso entretinimiento. En cambio, cuando el día está a punto de languidecer y, de nuevo el Metro me conduce al interior de un Madrid distinto, parecen cambiar el rostro. Tetuán regala a cuatro o cinco músicos que cada tarde entonan un bucle del que parece no haber salida. Un clarinete, una trompeta, un saxo y un contrabajo que toca un hombre de bigote cano. Parece tan acoplado al instrumento que nunca sabré quién sujeta a quién. Protege sus dedos con un esparadrapo blanco, a juego con una sonrisa o una muesca de dolor, aún no he sido capaz de discernirlo. Jazz, música alegre, bailable, canon eterno y sonrisa en vecinos, peatones y policías que con aires de suficiencia perdonan la vida musical de una personas orilladas en uno de estos cuatro caminos.
Un saludo desde mi jardín.
Bomarzo paseando.
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miércoles, 12 de noviembre de 2008
Muerte de un Poeta (III)
El soldado consiguió encender el cigarro y expulsa el humo de una larguísima primera calada. Se da la vuelta, observa aquella celda como si fuese la primera vez que ponía sus pies en ese hediondo lugar. Apenas hace caso a los ruegos del poeta, a sus llantos. Sólo le dice que llorar no era de hombres, pero que en su caso era normal que lo hiciera. Sus jefes le han dicho que venía un poeta maricón y que, por tanto, no es de extrañar ese espectáculo tan femenino a su juicio. De todas formas, el soldado se vuelve hacia él y le pone la mano en el hombro.
-He venido para ayudarle a rezar-dijo el joven soldado- y, de camino para que me dedique este libro que, si no me equivoco es suyo-.
Rezar… Café… Qué relación podía haber entre esas dos palabras malditas, tan alejadas la una de la otra y que en boca de este soldado se unen en un matrimonio lúgubre y siniestro. En la mente del poeta, una y otra llevaban estrafalarias ropas. “Rezar” iba vestida de negro, un riguroso traje negro, enjuto, de paño grueso, algo roído por la polilla y con caspa en los hombros. A la palabra “Café”, en cambio la vio de largo vestido blanco y un brillante y oscuro tricornio de guardia civil. En la boda entre ambas palabras, un sacerdote vestía con camisa azul y tenía la misma cara del soldado que le acompañaba en su celda, y una partida de gitanos ponía los cantes: martinetes, segurillas, soleás… todos cantes jondos y tristes. Al final de la ceremonia, los gitanos se levantaban y mostraban sus manos esposadas, encadenadas, mientras el cura apuntaba con su máuser y disparaba sin dejar a nadie vivo. La pareja de recién casados aplaudía ante el teatral espectáculo.
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Cuaversos de Bitácora (II). La llegada del próximo tren.
Es agradable desnudarte
a la espera del próximo tren.
Entre nosotros,
el abismo de un andén,
la infinitud de tu ausencia presente.
Con el descaro que da no saber tu nombre,
bajo tu camisa,
desnudo tu conciencia,
me como a besos la distancia,
te miro hasta quedar exhausto.
A lo lejos el tren anuncia
la fragilidad de un sueño,
lo escaso de un deseo.
Te vas sin poder evitar
el sabor de tu boca descansando
en mi lengua.
Esta tarde, la tercera parte de "Muerte de un Poeta".
Un saludo desde mi jardín.
Bomarzo en verso.
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martes, 11 de noviembre de 2008
Muerte de un Poeta (II)
Suena el cerrojo de la puerta. Inmediatamente se pone de pie. Tiene miedo. Mucho miedo. No quiere pensar, pero lo hace. Sabe, por lo que ha oído, por lo que le han dicho, que le tienen ganas. Un militar se asomó a su celda del gobierno civil y, sonriendo, pronunció un “que se lo lleven en el próximo camión” que no le gustó nada. No sirvió de mucho que preguntara a dónde iban a llevarle. Un simple “cállate, maricón”, bastó para comprender que era absurdo querer averiguar.
Se abre la puerta de la celda y un chaval de camisa azul, cara sucia y mosquetón brillante, de no más de 18 años, se queda entre las jambas. Lleva el fusil al hombro. Le mira como el que observa a un bicho raro. El preso no se atreve a decir nada. Está sucio, sabe que nadie conoce su paradero, no ha podido hablar con nadie de los suyos, intuye el fin, pero se agarra a la última esperanza, no quiere morir.
El soldado le pregunta: -usted es el poeta, ¿verdad?-. Eran las primeras palabras amables en tanto tiempo, tanto que no pudo evitar que se le escapara una sonrisa nerviosa en su respuesta.
–Sí. Soy un poeta, asustado, pero poeta-. Comprende que su interlocutor no es exactamente igual que los que ha tenido hasta ahora. Hasta ese momento nadie le llamó por su nombre sino “maricón” y las culatas habían caído con más frecuencia de la deseada sobre su espalda.
-¿Qué hago aquí? ¿Qué me va a pasar? – rogó el poeta.
- Le vamos a dar café- Respondió el soldado que había entrado en la celda y se le acercaba con un pitillo en las manos que le ofrecía con rudeza.
“Café. Me van a dar café”, se repite sin cesar. “No quiero café”, quería gritar. Sólo quiere salir de allí, volver a su casa, irse a Madrid, a Argentina, a la esquina opuesta de aquel mundo en el que cayó como si de una brizna de pan se colara por un sumidero, en mitad del remolino de agua que provoca un tapón que descubre la salida. Rechazando el tabaco y con los ojos llenos de lágrimas mira al soldado, que se enciende el cigarro con una parsimonia casi mística con un extraño encendedor de yesca, le dice: -No quiero morir. Me da miedo la muerte. Me queda tanta vida dentro de mi pecho que no quiero que se esparza por entre los olivos secos que he visto en la carretera y que la tierra quede yerma por el calor de mi sangre-.
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Estrategias en Afganistán
Afganistán se ha salido de madre. Las cosas se han torcido y, una vez más, occidente ha fracasado con sus formas intentando exportar por la vía de las armas ideas, sistemas de complejo arraigo en sociedades complejas. La democracia no es un traje que le puede valer a cualquiera y, si no es así, se le mete un poquito el falso, o se le descose de la sisa. Una democracia necesita arraigo cultural, convencer de sus bondades. La democracia es sedimento. Si una democracia no sustituye la corrupción administrativa o política, si no mejora la calidad de vida de los ciudadanos, si los cambios que introduce no son apreciables por la sociedad, ésta prefiere quedarse como estaba. Ya que la andan fastidiando es mejor que lo hagan rostros conocidos.
Estamos en un momento en el que el mundo espera cambios, un momento en el que muchos queremos ayudar -modestamente- a que esos cambios se produzcan y participar en el nacimiento de un nuevo orden mundial, de una manera más positiva de resolver los problemas, un mundo en el que la democracia no invada, no se imponga, sino que convenza por la bondad de sus postulados.
Un saludo desde mi jardín.
Bomarzo
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lunes, 10 de noviembre de 2008
MUERTE DE UN POETA (I)
Se cerraron las puertas del camión y fue como si una plancha de metal le cortara la cabeza. Apenas podía mirar al frente. Sus ojos dibujaban garabatos en el suelo. Tropezó con el escalón que daba acceso a la estancia, tan oscura como aquellas en las que había estado desde hacía dos días. Todo era oscuridad. El calabozo del gobierno civil, la parte de atrás de aquella camioneta, los ojos del cojo que se sentó a su lado… La costumbre hizo que no tardara en hacerse con las dimensiones de aquel nuevo lugar.
No sabía dónde estaba exactamente. Hacía fresco a pesar de ser agosto. Estaba en alguna sierra de las muchas que tenía la provincia, pero no le sonaba en exceso. Apenas habló con la lúgubre compañía que el destino y los hombres de azul le habían buscado para la ocasión. El cojo le miró como si le reconociera, pero su planta, su facha, su barba descuidada… Su imagen no era la acostumbrada de periódicos y entrevistas. Aún así, aquel hombre le miró, le miró como si le reconociera.
Separaron a los dos reos. Cada uno fue a una celda distinta, tan sucia como la del gobierno civil, como debían serlo todas las celdas del mundo. Apenas había comido en dos días. Algo de lo que le llevó la que fue su niñera y a la que el tiempo robó belleza a cambio de arrugas, pero que seguía oliendo igual que cuando le cogía en brazos y le regañaba por ensuciarse la ropa. Se mira de arriba abajo y se ve tan sucio que sabe que de volver a verla, su niñera se pondría muy seria con él.
Tiene ganas de orinar. Ha comprendido en dos días que pedir ir al baño sólo sirve de mofa y una excusa extraordinaria para ser objeto de insultos y vejaciones muy duras de soportar. Lo hace contra una de las paredes. La noche es muy oscura, pero no debe quedar mucho para que amanezca. Hace frío. Los pájaros se intuyen.
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Lecciones foráneas
Mientras ese documento llega -han transcurrido dos años- pasa su tiempo y gana su dinero limpiando casas. Sonríe cuando lo cuenta. Dice que no ha venido a España a quejarse ni a estarse quieta. Salió de su país porque las cosas no andan bien. Eligió España porque hay muchas cosas en común entre los dos países. Nosotros la recibimos y la escogemos para que limpie nuestros suelos. Pero no deja de sonreír.
Cuando nos despedimos me contó que hace poco recibió una carta en la que se le anunciaba que no tenía derecho a médico. El mismo día recibió una felicitación escrita de una organización en la que se le felicitaba por ser una extraordinaria donante de sangre. Gracias a su generosa colaboración había salvado vidas. La suya, en cambio, en España nos importa un bledo.
Ella no dejaba de sonreír.
Un saludo desde mi jardín.
Bomarzo
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viernes, 7 de noviembre de 2008
Tiempo para la música
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En segundo lugar os regalo una canción que, sin su permiso, le robo a Amelie, una bloguera de lo más interesante y con la que meune una casual vida paralela. Son love of lesvian y nos hablan de universos extraños:
El lunes voy a empezar una experiencia en mi blog. He preparado un relato que he dividido en cinco partes y que saldrá cada día de la semana a las 16.00 horas. Se tiitula "Muerte de un poeta" y espero que sea de vuestro agrado, tanto el texto como el leerlo por días.
Un saludo desde mi jardín.
Buen fin de semana.
Bomarzo.
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Plaza de España
Da la sensación de que el sol no quiere irse. Atardece en Madrid, pero la luz se queda prendida en los edificios, en los andamios, en las esquinas. Quijote muestra a su fiel Sancho los vericuetos que toma el astro rey a quien confunde con los ojos de su Dulcinea, en su camino hacia el horizonte, que en esta ciudad tiene forma de autopista surcada por estrellas fugaces de estela roja.El viejo Quijano perdió el interés por desfacer entuertos y prefiere conversar con su escudero, o con cualquier otro, pocos, que sacan tiempo para detenerse y hablar en esta ciudad en la que hasta el tiempo tiene prisa.
El escaso verde de la plaza de la muy verde ciudad de Madrid acoge a una pareja que se retuerce en un abrazo obsceno mientras otras, repartidas estratégicamente alrededor conversan con el anhelo de alcanzar el mismo punto llegado el momento crucial, salvados los preámbulos.
La Plaza de España es una encrucijada. Es el respiro de Gran Vía. Es el comienzo a la vida de Princesa. A mitad de camino las dos se encuentran para mirarse de frente o refrescarse en la fuente apagada por el sonido del tráfico.
Si el poeta dijo que Madrid es el rompeolas de las Españas, aquí, en su plaza, esa España plural, diversa, rica, se reencuentra con su historia en miles de lenguas salidas de bocas extrañas, conversando ante el buen Cervantes en bancos corridos y en españoles diversos.
En Madrid casi es de noche, pero en Plaza de España el sol parece que se ha enganchado entre la rama de algún árbol y pide auxilio al caballero andante, demasiado viejo ya para iniciar una nueva batalla.
Un saludo desde mi jardín.
Bomarzo pasea.
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jueves, 6 de noviembre de 2008
Corazón en la garganta
Eximente.
De haberlo sabido,
no hubiera dado todo en un principio,
no hubiera sido lanoche en tu espalda
congelándote de frío.
De haberlo sabido
me hubiera ido sin decirte
no hubiera sido tan duro contigo,
no habría corazón en la garganta.
Quique González.
Merezco la condena de un olvido,
el silencio de tu boca,
lo alejado de tu nombre.
Merezco la amargura que dejó en tus labios
la última vez que cerraste la puerta
dejándome tras ella con las manos en los bolsillos.
De haberlo sabido,
aquella calle del viento hubiera dejado arder
todos los teléfonos que esperaron mi llamada.
Merezco salir de la plaza donde las horas pasaron
con la pesada lentitud lastrada de la desesperanza.
Cada letra que forma mi nombre se encadenó a tu cuerpo
tan frágil, tan desnudo, pequeño como mi carácter,
ahogándote en ese río de corriente oscilante,
testigo de una cita cualquiera, un día cualquiera.
Tal vez merezca quizás una eximente.
La busco en tu forma de reír, en tu forma de abrazar,
en tu forma de besar, en el febril desenfreno del deseo.
La busco colgada en las ventanas abiertas de un infame verano,
o en el espejo retrovisor de un atasco
o en el silencio escondido de un parque de madrugada.
Nadie podrá negarme que es posible,
tanto como la rotundidad de un te quiero, de una espera,
que se me cayera de un bolsillo el día en que te dije te llamaré
para desaparecer con el corazón cosido en la garganta.
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Yes, we can
Comenta Foces en el blog de Alfa que ahora toca estar prevenidos con los idus, no sólo los de marzo, sino durante cualquier época del año. Está claro que Obama se ha convertido en objetivo de radicales, locos, traidores y personas de demás raleas. Pero eso va en el cargo.
El mundo ha sido azotado por una ola de optimismo sin precedentes. Quizás estamos viviendo algo parecido a lo que supuso la aparición de Kennedy en la escena mundial. Me gusta ser testigo de la Historia. Sin embargo no comparto ese optimismo. Escribía Gu. en su bitácora que Obama es todo imagen. Comparto mucho de lo que encierra esa aparente frase sencilla. Estamos cegados por el hombre negro. Su no color, qué curioso, nos ha deslumbrado. Es tanto lo que nos ha alejado de Bush, sin duda un cáncer para el mundo, que estamos abrazando a un tipo que, por ejemplo está a favor de la pena de muerte o va a incremetar la presencia militar en Afganistán.
Viviremos un espejismo que tiene su razón de ser en el desastre ocasionado por George W. Con un poco que haga el recién elegido Presidente parecerá que se aleja tanto del saliente que nos engañará la sensación de que entre demócratas y republicanos hay grandes diferencias. No es así. Les separa una pequeña raya en el suelo. La verdadera distancia hay que marcarla entre Bush y el resto del mundo.
Con esto quiero decir que Obama es estadounidense y eso imprime carácter. No va a cambiar el mundo, por mucho que lo grite a los cuatro vientos y todos nos emborrachemos con su dialéctica. Es Dios quien lo ha elegido, son los lobbies los que lo mantendrán, son las barras y las estrellas las que le inspiran.
Habrá cosas que cambien. Sin duda. Pero ni serán tantas ni aquellas que todos deseamos con más empuje. Al menos no todas con las que los europeos, por ejemplo, nos daríamos por satisfechos.
Ojalá, al menos, respete que el mundo no es una era a la que destrozar; ojalá entienda que la riqueza no puede estar en manos de unos pocos; ojalá vea que el mercado necesita reglas; ojalá aprecie que el mundo se muere si no frenamos nuestros excesos; ojalá comprenda que África es casi un cadáver, que América del Sur necesita manos tendidas, respeto y no golpes de estado; ojalá quiera que el mundo sea un poco mejor. Si es ese el Obama que arranca me encantará sentarme a su lado y gritar que sí, podemos, al unísono. Como dice Patón, no le dejaré caminar solo.
Un saludo desde mi jardín.
Bomarzo.
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miércoles, 5 de noviembre de 2008
Cuaversos de Bitácora
Otoño
Tu voz,
amarilla como las hojas de tus ojos
ya no resuena en el eco
escaso de mis manos.
Un otoño cierto, húmedo,
se apoderó de los gestos
firmes que un día
colmaron las calles de nuestra ciudad
–sólo nuestra. Tanto que tenía nuestros nombres-
de besos, de risas, de portales.
Los árboles se han desnudado.
Nos dejaron sin escondites
ante la verdad reseca
de una despedida.
Mi sombra huye del frío,
mis pasos son la música
de algún violín
de helados dedos en la esquina aquella
donde el otoño nos dijo adiós
en mitad de una sonora hojarasca.
Un saludo desde mi jardín
Bomarzo.
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martes, 4 de noviembre de 2008
Sequía cerebral
Hoy me doy por vencido. Claudico. Me rindo. Carezco de algo que decir, algo de lo que opinar. No quiero hablar de lo de siempre. No quiero mostrar mi alegría por la recuperación de la bandera republicana que envolvió el cuerpo de Azaña, os aburre. No quiero mostrar mi satisfacción por las medidas que contra la crisis adopta este gobierno, os cansa. No quiero hablar más del derrumbe financiero o de las elecciones norteamericanas, os satura.
Llegados a este punto firmo mi rendición ante la fuerza de la ausencia de ideas. La creatividad ha salido por la puerta de atrás, con mucho ruído, dejando constancia de su abandono. La verdad es que no sé si sentarme a esperarla o salir en su busca. Decía Unamuno que la inspiración debía pillarte trabajando. Yo no sé qué hacer, salvo emborronar este blog con una entrada carente de sentido y que refleja que hoy no llueve en mi cerebro. Veremos lo que dura.
Un saludo desde mi jardín.
Bomarzo de sequía.
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lunes, 3 de noviembre de 2008
Cuaversos de Bitácora
Así, cada miércoles podemos dedicar nuestras entradas a la poesía, bien a la que seamos capaces de escribir, bien la que sea capaz de emocionarnos. De esa forma nuestras bitácoras se llenarán de versos un día a la semana. Podremos aprovechar nuestros blogs para mostrar nuestros gustos poéticos, nuestras lecturas, nuestras recomendaciones.
Soy consciente de que la poesía tiene menos amantes que la prosa y que algunos pueden pensar que los Cuaversos de Bitácora no va con ellos. Simplemente les diría que lo intenten. Merecerá la pena
Os animáis?
El próximo miércoles, 5 de noviembre, podemos desarrollar la experiencia piloto. Espero comentarios, ayudas, aportaciones, versos, palabras y participación. El que esté de acuerdo con la iniciativa puede hacerle un hueco en su blog y ayudar a difundirla. Ah! Y no es precioso contar con bitácora para participar, con un comentario en alguna de las que participe será suficiente.
Un saludo desde mi jardín.
Bomarzo.
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El cura de Alsasua
Leo con deleite -todo el que cabe ante una noticia tan trágica- la pequeña biografía que el diario El País le dedica al que bautiza (perdón por usar uno de sus sacrosantos conceptos) como el cura de Alsasua. No conocía su historia. De hecho no conocía la existencia de sacerdotes que, tal como hiciera este navarro, se pusieran contra la santa cruzada del 36, aquella que bendijeron con boato y devoción y por la que todavía no han pedido perdón.
Historias como estas ayudan. No sabía que, como hizo este hombre, existieran hreligiosos de Dios, del mismo que ustedes pregonan, a pesar de la enorme diferencias de discurso, que sin empuñar más arma que su evangelio, se colocaran frente a los compañeros que con alzacuellos levantaban su brazo derecho con la misma devoción con la que agitaban palmas un Domingo de Ramos.
Este descubrimiento, que ha sido llevado al cine, por cierto, demuestra que, una vez más, la historia de la guerra civil no está contada, que aquellos que defendemos una lectura con los ojos de ahora sobre aquellos hechos no estamos demasiado alejados de una hipotética razón, que los hechos históricos fueron burdamente manipulados por los vencedores y que los derrotados merecen el respeto del recuerdo, la justicia de la memoria.
Estimados señores de la Conferencia Episcopal, ya que ustedes están tan empeñados en elevar a los altares a Alexias y a mártires, ya que tan necesario consideran reconocer el supuesto martirio de unos hombres que, alineados con uno de los bandos, fueron asesinados, desde aquí abro una espita para que el cura de Alsasua sea también santo. Su martirio fue comprobar que su Jerarquía justificaba la muerte, que la palabra de su Dios se retorció para justificar lo injustificable. Como sus compañeros del otro bando, también murió. Murió el religioso, murió su fe. Como verán cumple con los requisitos para la beatitud.
Es muy probable que, si viviera ese hombre todavía no querría en lo más mínimo compartir santidad con aquellos de sus compañeros que mandaron en mensaje evangélico a hacer gárgaras y justificaron la muerte y el asesinato durante más de 40 años, dándoles tintes de cruzada o, incluso, como hizo el Cardenal Gomá, de "plebiscito armado".
Acérquense a la historia de este hombre, arrinconado por ustedes mismos, y, quizás lleguen a comprender la dualidad de unos hechos en los que da la sensación, ustedes se siguen moviendo como peces en el agua. Qué más da que ese agua esté manchada con sangre hermana... Para ustedes eso parece lo de menos.
Un saludo desde mi jardín.
Bomarzo.
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sábado, 1 de noviembre de 2008
Killing me softly
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Un saludo desde mi jardín.
Bomarzo
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Simpatía por el diablo
Hoy sábado os dejo con una canción de los Rolling. Aunque siempre he sido más de Beatles, la música de los chicos de Jager merece muy mucho la pena. Ya lo decía Gonsaulo en su última entrada: elegir, siempre elegir.
Elijo una de las canciones que más polémica han levantado en la turbulenta historia de estos irreverentes sajones: Simpatía por el diablo, un temazo.
Un saludo desde mi jardín.
Bomarzo
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