lunes, 18 de mayo de 2009

San Isidro en Madrid

El pasado fin de semana visité por primera y última vez la Pradera de San Isidro para, como buen madrileño adoptivo, compartir las tradiciones y costumbres de mis nuevos vecinos. Acudí de lo más castizo, con Miriam vestida de chulapona, con un grupo de amigos del terruño y "ojiplático", con la intención de guardar en mi retina lo que me disponía a ver en aquel lugar del sur madrileño.


Visité la ermita del santo, vi el lugar que ocupó la casa familiar de Isidro y María de la Cabeza, compré rosquillas típicas, olí los entresijos y las gallinejas, me asfixié en el Metro hasta Marqués de Vadillo... hice fotos. Muchas fotos. Y de todas me quedo con una. La que tomé en un lugar más o menos parecido al que debió ocupar don Francisco de Goya y Cifuentes cuando pintó su costumbrista cuadro "La Pradera de san Isidro". Para el que no conozca la pintura, aquí la dejo.



Ahora os pido que veáis en qué se ha convertido Madrid, su Villa y su Corte, para deleite de los atléticos, claro.


Sutil diferencia, eh? Una más. Las majas han desaparecido y, como dijo mi amigo Israel, aquello parecía san Isidro de Bogotá. Resulta curioso ver niños sudamericanos vestidos de chulapos, pero al fin y al cabo, Madrid se hace mestiza y eso me gusta. La convivencia es posible y la contaminación cultural muy recomendable...

Un saludo.

5 comentarios:

Alvar dijo...

También visité la pradera de San Isidro, en fiestas, tan solo una vez. No me gusta el gentío.

Lo que si está bien es que los chaveas de padres llegados de América se vistan de chulapos. Como bien dicen ellos "yo nací en Quito, pero mi hijito es madrileño".

Un saludo.

Anónimo dijo...

Tuvo que ser curioso.

Buen día,

Claro

Bomarzo dijo...

Fue toda una experiencia...

Jesús Lens dijo...

¡Te estás haciendo más madrileño que madridista!

Bomarzo dijo...

Eso nunca, amigo. Es más, creo que este domingo voy al Bernabéu...