Trillo, una sucia mentira

La portada de Público ha sido muy elocuente. El ex ministro Trillo, en un contrapicado, subiendo cabizbajo una escaleras. Después de saber que se consideraba probada la barbaridad cometida en el caso del Yak-42, el señor Trillo mantiene su puesto.

Es decir, al señor Trillo, responsable directo de lo sucedido, único ser capaz de ordenar aquéllo, pues tenía capacidad para hacerlo, a ese hombre le seguimos pagando el sueldo. ¿Y sabéis lo que me parece peor? De confirmarse lo dicho por RNE -que Trillo dimitió al saber la sentencia y que ésta no le fue admitida- que la actual cúpula del PP se hace cómplice de aquella macabra acción con ese gesto. Ya no me vale -no lo hizo en su momento- la frase de don Mariano afirmando que un fallo -joder con el fallo- lo puede tener cualquiera y que no se puede estar penando eternamente. Pues que le explique eso a las familias de los fallecidos y, de camino, el porqué no ha aceptado la dimisión del murciano chistoso.

Ayer, al ver todos los telediarios dando a conocer la sentencia contra la mano derecha del murciano, hubo un hecho que se me agarró. Lo vi en la segunda edición del Telediario de TVE. La ministra de Defensa no pudo disimular repulsión y en un gesto de sinceridad afirmó que sabía que el verdadero responsable no fue juzgado. Está enlazado.

Hoy, el PP ha puesto su granito de arena en la Historia más triste de la política española, donde Trillo, por desgracia ocupa un puesto de tristísima excepción por un doble motivo: ordenar lo que ordenó, sin importarle lo que había en juego, y no tener la valentía suficiente como para ponerse al lado de los que formaron su equipo, obedecieron y dejaron solos ante la Justicia.

Un saludo.