Llegamos a la edición número XXX de los Cuaversos y dentro de esta fiebre renovadora en la que me hallo, hoy, junto al poema, se añade una nueva sorpresa. Veréis un archivo que os pediría que abrierais. No os desvelaré su contenido. Sólo abridlo y me decís.
Feliz día de Cuaversos.
Cuando regrese de Valladolid os leeré detenidamente.
Con la fuerza de un parpadeo inesperado.
Sorpresivo como un beso repentino.
Traído de la mano del viento.
Así apareció el primer te quiero
que empañó la sonrisa
de aquella tarde de febrero.
Saludos.
10 comentarios:
Precioso.
Emotivo.
Sentido.
Sobrecogida.
el poema muy cálido, lo otro, como soy muy torpe no lo he podido ver. un saludo amigo
Estás superando expectativas y además en plan multimedia. ¡Bien, bien! Rompiendo barreras para que puedan disfrutar invidentes.
Mira que llevo días quitado de esto, pero me has hecho picar, ***ón.
Es muy bueno.
Rigoletto
Amélie, me impone tu comentario.
Antonio, gracias. Lamento que no lo hayas podido oír, peor no te has perdido mucho.
Gregorio, por ahí van las cosas.
Rigo, gracias. De corazón.
No he podido escucharlo, pero me quedo con lo escrito. Emotivo y hermoso...
Hermano, llevaba tiempo sin visitarte, pero me gusta el nuevo aspecto del jardín.
Cuidate amigo, un abrazote bien grande.
J.eMe. Me algra volver a verte.
Un saludo.
Oirlo sí lo he oído, pero tiene que verse algo?... muy bonito el poema, interesante la propuesta auditiva.
Besillos
Nefer, no se tiene que ver nada...
Precioso poema!pero no he podido escuchar el resto. Una pena.
Un saludo.
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